La exestrella del fútbol americano O.J. Simpson, quien en 1995 fue absuelto en un mediático juicio por el asesinato de su exesposa y un amigo, murió el miércoles a los 76 años, víctima de un cáncer.

La noticia del fallecimiento de quien protagonizara el llamado "juicio del siglo" fue anunciada este jueves por la familia del nacido en California en una publicación en X. "El 10 de abril, nuestro padre, Orenthal James Simpson, sucumbió a su batalla contra el cáncer", señaló el posteo.

La familia pidió un "tiempo de transición" y respetar sus "deseos de privacidad y gracia" hasta que termine el duelo.

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Simpson fue reconocido en sus años de gloria como una de las figuras de los Buffalo Bills, en donde se desempeñó como uno de los mejores corredores de la historia. En su vigencia, había alcanzado 19.236 yardas terrestres, marca que le valió para ser el segundo máximo récord de la historia de la NFL.

A pesar de sus logros individuales, el californiano fue recordado por el juicio en el que fue acusado de asesinar en 1994 a su exesposa Nicole Brown Simpson y a su amigo Ronald Goldman en Los Ángeles.

La causa se trató en 1995 y se convirtió en uno de los eventos mediáticos más seguidos de la historia, con millones de personas alrededor del mundo pendientes del veredicto. Finalmente, Simpson fue absuelto de los cargos por un jurado, en una decisión que generó opiniones divididas y controversias.

Luego de este caso, en octubre de 2008, un jurado de Las Vegas lo declaró culpable de cargos que incluían secuestro y robo a mano armada, y lo sentenció a 33 años de prisión.

El incidente que lo llevó al banquillo de los acusados había ocurrido un año antes en un hotel casino, en el que Simpson y cinco hombres, al menos dos de ellos armados, robaron recuerdos deportivos por valor de miles de dólares a dos traficantes. El exdeportista declaró entonces que intentaba recuperar objetos de su propiedad.

En 2017 salió en libertad condicional, luego de que la Junta de Apelaciones de Nevada aprobara su pedido de reducir la condena.

En mayo del 2023, Simpson fue diagnosticado con cáncer de próstata. Trascendió que el estadounidense se había sometido a intenso tratamiento e incluso abandonó las redes sociales para enfocarse en su recuperación.