La tensión en Medio Oriente escala minuto a minuto. Este sábado, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, denunció que la organización terrorista Hezbollah lanzó desde el Líbano un ataque con drones explosivos contra una de sus residencias privadas, en la localidad de Cesarea, a medio camino entre las ciudades de Tel Aviv y Haifa

"Un dron fue disparado hacia la casa del primer ministro, en Cesarea. El premier y su esposa no estaban presentes y no hubo víctimas", indicó la oficina de Netanyahu en un comunicado.

Horas después de esa nota oficial, el propio primer ministro aseguró que los autores del atentado "pagarán un alto precio".

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Netanyahu apareció en un video en el que, caminando relajado por un parque con lentes de sol, achacó el ataque a una represalia por la muerte del líder de Hamas, Yayha Sinwar, en una operación lanzada esta semana en la Franja de Gaza por las Fuerzas de Defensa israelíes.

"Hace dos días eliminamos a ese asesino de masas. Estamos en una guerra existencial", expresó el mandatario. "Seguiremos hasta el final", comentó.

Desde el Gobierno del Estado judío, dejaron trascender que el ataque impactó contra una "estructura" en la localidad costera, en donde se habían interceptado otros drones.

"Irán intentó matar al primer ministro", denunció un dirigente del Gobierno israelí al Canal 12, en referencia a las milicias de Hezbollah, consideradas como la extensión en el Líbano de la República Islámica.

En las últimas semanas, Israel incrementó su ofensiva contra objetivos de Hezbollah en el Líbano, donde a finales de septiembre pasado abatió -en un ataque selectivo sobre Beirut- al jefe histórico de esa agrupación proiraní, Hassan Nasrallah, de 64 años.

Irán respondió lanzando centenares de misiles, la mayoría de ellos interceptados por la Cúpula de Hierro, el modernísimo sistema de defensa israelí.