El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, convocó este domingo al gabinete de emergencia ampliado del país asiático, que incluye a exlegisladores de la oposición, y afirmó: “Hamas pensó que seríamos demolidos. Somos nosotros quienes demoleremos a Hamas”, a la vez que añadió que la muestra de unidad “envía un mensaje claro a la nación, al enemigo y al mundo”. 

Para llevar adelante esa acción, que consistirá en una ofensiva terrestre en el norte de la Franja de Gaza, el Ejército israelí aguarda la “decisión política” final, mientras más de un millón de personas huyen al sur del enclave palestino.

Los ataques del Estado gobernado por Netanyahu responden a la incursión que la agrupación terrorista Hamas realizó el pasado 7 de octubre y que ya dejó más de 1.300 muertos en su territorio, mientras que la contraofensiva del Ejército israelí en Gaza provocó el fallecimiento de más de 2.300 personas.

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Por su parte, el ataque de Hamas no sólo dejó 1.300 muertos en territorio israelí, sino que también consistió en la toma de al menos 155 personas como rehenes. El número de prisioneros fue confirmado este domingo por el Ejército israelí, que también señaló que algunos de ellos fueron encontrados muertos en la Franja de Gaza.

El sábado, el Gobierno israelí anunció que estaba en camino “la siguiente fase” de la ofensiva contra Hamas, tras vencerse el ultimátum dado a los civiles del norte de la Franja de Gaza, a quienes el Ejército les había pedido el viernes que se desplazaran al sur “sin demora”. Sin embargo, un portavoz de la institución militar aseguró que la ofensiva terrestre no comenzaría este domingo por razones humanitarias.

El Estado israelí respondió al sorpresivo ataque de Hamas con bombardeos en la Franja de Gaza (Foto: Yaser Qudaih/Reuters vía NA).

A su vez, Netanyahu visitó los kibutz de Beeri y Kfar Azza por vez primera desde el ataque del pasado 7 de octubre, que desencadenó una nueva escalada de violencia en la región, ante la respuesta de Israel con bombardeos sobre Gaza. “¿Están preparados para lo que está por venir? Va a continuar”, adelantó a varios soldados durante su visita a las tropas israelíes ubicadas cerca del enclave.

Según información de Reuters citada por la agencia Noticias Argentinas, el ministerio de Salud palestino indicó a primera hora del domingo que 300 personas habían muerto y 800 más habían resultado heridas en el enclave durante las últimas 24 horas.

En tanto, quienes aún quedan con vida se desplazan hacia el sur de Gaza frente a la amenaza de las fuerzas militares de Israel.

La directora de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA, por sus silgas en inglés), Juliette Touma, aseguró que alrededor de 1 millón de palestinos -de los 2,3 millones que viven en la Franja de Gaza- abandonaron sus hogares tras los bombardeos israelíes. Por su parte, el líder de Hamas, Ismail Haniyeh, acusó a Israel de cometer “crímenes de guerra” en Gaza y se negó a permitir que los palestinos sean “desplazados”.

En este contexto, el papa Francisco se sumó a los llamados internacionales a abrir corredores seguros para hacer llegar ayuda humanitaria a la población. En el mismo sentido, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, le indicó a Netanyahu que su país trabajaba con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y Estados de Medio Oriente “para garantizar que los civiles inocentes tengan acceso a agua, alimentos y atención médica”.

La ayuda humanitaria, que proviene de varios países, se acumula en la frontera de Egipto con Gaza y no llega a ingresar al territorio palestino, indicó Télam en base a declaraciones brindadas por testigos a la agencia de noticias AFP.

Egipto administra el paso fronterizo de Rafah, actualmente cerrado, que es la única entrada a la Franja de Gaza que no está bajo control israelí. En este marco, el secretario general de la ONU, António Guterres, pidió el acceso “inmediato” de la ayuda a quienes la necesitan dentro del pequeño enclave que es epicentro del conflicto armado.