Horas después de que Estados Unidos ejerciera su derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para proteger a Israel de una exigencia mundial de cese al fuego, las Fuerzas Armadas israelíes intensificaron este sábado sus ataques sobre la Franja de Gaza con intensos bombardeos de norte a sur del enclave palestino, en una fase ampliada de su guerra contra Hamas.

De los 15 países que forman parte de este Consejo de las Naciones Unidas, solamente el norteamericano y su aliado europeo Gran Bretaña no votaron a favor de la resolución que pedía un alto el fuego humanitario inmediato, impulsada por el secretario general del organismo internacional, António Guterres

Ezzat El-Reshiq, miembro del buró político de la organización terrorista que controla Gaza, condenó el veto estadounidense por "inhumano". En tanto, el embajador de Israel ante la ONU, Gilad Erdan, afirmó en un comunicado: “Un alto el fuego sólo será posible con la devolución de todos los rehenes y la destrucción de Hamas”.

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Desde el fracaso de la tregua la semana pasada, Israel ha ampliado su campaña terrestre a la mitad sur de Gaza con el asalto a la principal ciudad meridional, Jan Yunis. Simultáneamente, ambas partes han informado de un importante aumento de los combates en el norte.

Los habitantes de Jan Yunis declararon el sábado que las fuerzas israelíes estaban ordenando a la población que abandonara otro distrito situado justo al oeste de las posiciones asaltadas a principios de semana, lo que sugiere que podría ser inminente un nuevo ataque.

En aquella ciudad, los muertos y heridos llegaron durante la noche al desbordado hospital Nasser. Los niños heridos lloraban y se retorcían en el suelo de baldosas, mientras las enfermeras corrían a consolarlos en el lugar. Afuera, en tanto, los cadáveres se alineaban en sudarios blancos.

Nassar y otro hospital del sur, al Aqsa en Deir al-Ballah, informaron de 133 muertos y 259 heridos en las últimas 24 horas, lo que eleva el número oficial de víctimas a casi 17.500, con muchos miles más desaparecidos y presuntamente fallecidos.

En la mitad norte, los hospitales han dejado de funcionar y las ambulancias a menudo ya no pueden llegar hasta los muertos.

"Creemos que el número de mártires bajo los escombros podría ser mayor que los recibidos en los hospitales", declaró a Reuters el portavoz del ministerio de Sanidad, Ashraf al-Qidra.

Los combates en el norte han sido más intensos en zonas de la ciudad de Gaza y en los asentamientos de su extremo septentrional, donde podían verse enormes explosiones desde el otro lado de la valla de Israel.

Familias del norte de Gaza publicaban mensajes en Internet suplicando a los equipos de emergencia que se adentraran en la ciudad para rescatar a los seres queridos que seguían atrapados allí.

A pesar de que Washington apoya la insistencia de Israel en que un alto el fuego sólo beneficiaría a la milicia de Hamas, instó al Estado judío a hacer más de lo que ha realizado hasta ahora para proteger a los civiles en la próxima fase de la guerra. 

"Ciertamente, todos reconocemos que se puede hacer más para tratar de reducir las víctimas civiles", declaró a la prensa el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby.