La difusión del (no) pago de sus impuestos -durante dos décadas- sorprendió a Donald Trump cuando ya se alistaba para el primer debate con su contrincante demócrata, Joe Biden, de cara a los comicios generales del 3 de noviembre.

De acuerdo a la investigación del New York Times, el presidente norteamericano utilizó una estrategia fiscal que le permitió evadir 10 de los últimos 15 años ante el IRS. En 2016, año en que ganó la presidencia, y 2017, Trump solamente pagó 750 dólares de impuestos.

Según el diario, el republicano enfrenta una potencial multa de 100 millones de dólares y un eventual desembolso de 300 millones más en los próximos cuatro años. En total, el magnate deberá pagar un equivalente al 20% de su patrimonio.

Con este escándalo a cuestas, Trump se prepara mañana para su primer choque con Joe Biden, el aspirante demócrata a la presidencia. Será el primero de tres, durará 90 minutos y estará moderado por Chris Wallace de la cadena Fox.

Previo a la difusión de la millonaria evasión fiscal del mandatario, el jefe de Estado ya había comenzado a calentar el ambiente al pedir un "antidoping" para su oponente -que no cuenta con una destacada oratoria- y poner en duda el resultado de los comicios en caso de una derrota cuando fue consultado por una periodista.

Trump, que todavía lidia con una pandemia que registra 7 millones de contagios y 204 mil muertes, sabe que su fuerte es la polémica pública. Allí pudo doblegar a una histórica del establishment como Hillary Clinton.

Incluso, algún memorioso podrá recordar como la exsecretaria de Estado le reprochó, durante uno de esos debates, las inconsistencias en sus declaraciones fiscales y el republicano se limitó a responder jocosamente "porque soy inteligente".

¿Logrará volver a repetir la historia y presentar su nuevo escándalo como virtud ante el electorado? Por su trayectoria, el jefe de Estado parece haber logrado cosas más descabelladas aún.