En medio del clima de fuerte presión geopolítica por los lanzamientos de Irán contra Israel, los líderes del Grupo de los 7 países más ricos del mundo condenaron el ataque y afirmaron que trabajarán para intentar estabilizar la situación en Oriente Medio. Además, el G7 advirtió sobre el riesgo de una "escalada regional incontrolable" y llamó a Irán a evitar "nuevas iniciativas desestabilizadoras". En la misma línea, Naciones Unidas le pidió a ambos países en disputa "dar un paso atrás": "El mundo no se puede permitir más guerra".

Estados Unidos, Canadá, Italia, Gran Bretaña, Francia, Alemania y Japón se comprometieron a llevar a cabo estrategias que apunten a calmar la tensión en la región después de que Israel amenazara con contraatacar e Irán alertara que en ese caso optaría por "una respuesta aún mayor" contra su archienemigo.

Italia, que ejerce la presidencia rotatoria del G7, había convocado a una reunión después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometiera una respuesta diplomática coordinada al ataque sin precedentes con drones y misiles lanzado durante la noche del sábado por Irán.

"Con sus acciones, Irán ha dado un paso más hacia la desestabilización de la región y corre el riesgo de provocar una escalada regional incontrolable. Esto debe evitarse", indicaron tras una videoconferencia en la que participaron los líderes del grupo.

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"Con este espíritu, exigimos a Irán y a sus aliados que cesen sus ataques, y estamos dispuestos a tomar nuevas medidas ahora y en respuesta a nuevas iniciativas desestabilizadoras", expresaron. 

No obstante, Biden indicó que dialogó con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y le expresó que su país no participaría en una contraofensiva contra Irán si el Estado judío decide tomar represalias.

Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) le pidió a ambos países en disputa "dar un paso atrás", ya que, según consideró, "el mundo no se puede permitir más guerra". En esa línea, su secretario general, António Guterres, solicitó "evitar cualquier acción que pueda provocar una confrontación militar de grandes proporciones en múltiples frentes en Oriente Próximo".

Irán concretó su primer avance directo contra Israel al lanzar cientos de misiles y drones explosivos contra el territorio del país rival, que se protegió con la llamada Cúpula de Hierro, un ultra sofisticado sistema de defensa aéreo diseñado para bloquear y destruir cohetes de corto alcance y proyectiles de artillería.

Los ataques de Teherán, en represalia a la ofensiva militar contra su consulado en Damasco el pasado 1° de abril, que atribuye a Israel y en la que murieron siete oficiales de la Guardia Revolucionaria, entre ellos dos altos mandos, fueron replicados por la organización terrorista Hezbollah desde Líbano, por Siria e incluso por los hutíes de Yemen, afines al país islámico.

Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) anunciaron que no se reportaron víctimas tras haber interceptado exitosamente junto a sus "socios" Estados Unidos y Gran Bretaña unos 200 proyectiles de origen iraní y más de 100 "aviones no tripulados".