Las elecciones de medio término de los Estados Unidos, en las que se dirime el control del Congreso y se configuran como un referéndum de la gestión de Donald Trump, mantienen un desenlace incierto por el que republicanos y demócratas pelean voto a voto.

En la previa de los comicios, el mandatario norteamericano puso el foco sobre el auspicioso momento económico que atraviesa el país: mediante el proteccionismo implementado, el PIB creció en un 3% y el desempleo registró el número más bajo en 50 años -3,7%-

Asimismo, la constante disputa que sostiene con los medios de comunicación sumó otro capítulo esta semana, cuando las principales señales televisivas -y la red social Facebook- eliminaron un spot publicitario racista que compara a un criminal mexicano con los migrantes de la caravana en ruta hacia Estados Unidos.

Economía, racismo y participación: define Trump su futuro en una reñida elección de medio mandato

En esta línea, la oposición demócrata lanzó una campaña para fomentar la participación de los electores, ya que los comicios de medio mandato han estado tradicionalmente marcados por la abstención: en 2014, el total del padrón que sufragó no superó el 37%, el nivel más bajo desde la Segunda Guerra Mundial. El voto no es obligatorio y para hacerlo, los ciudadanos deben registrarse.

Con este objetivo, grandes firmas de indumentaria como Gap y Levi's, las plataformas de transporte Uber y Lyft, y las aplicaciones Spotify y Tinder, lanzaron mensajes instando a los usuarios a acudir a las urnas. Si bien estos anuncios no mencionan a candidatos específicos, representan iniciativas demócratas, según consignó el portal mexicano El Universal.

Al cierre de esta edición, los republicanos se imponen en el Senado con 47 representantes sobre 38 demócratas -restan asignar 17 legisladores-, mientras que en la Cámara de Representantes lo hacen por 86 a 81 -quedan por determinar 268 miembros-. 

Entre los ganadores, se destacan los triunfos de Greg Pence como senador en Indiana -hermano del vicepresidente Mike Pence- y el del demócrata Jared Polis, en Colorado, quien se convirtió en el primer gobernador abiertamente gay en la historia de los Estados Unidos.