Argentina en el mundo
El futuro canciller Felipe Solá expuso los lineamientos que tendrá la gestión del Frente de Todos en el Palacio San Martín. Integración regional y una agenda de inserción global pragmática, ejes de la política exterior del próximo gobierno.
Felipe Solá será el próximo canciller. Prestar atención a sus declaraciones es empezar a trazar lo que podría llegar a ser el nuevo lineamiento de la política exterior argentina a partir de la semana que viene.
Durante una conferencia en la Universidad Torcuato Di Tella, invitado por el vicerrector de la universidad, Juan Gabriel Tokatlian, dejó ver algunos indicios de cuál será su posición sobre algunos de los temas centrales en política internacional.
Si algo queda claro es que la nueva dirección política que estará al frente del palacio San Martín buscará construir un tipo de integración regional y una agenda de inserción global pragmática. Esto quiere decir, que la mirada estará puesta en los intereses comerciales y las posibilidades de inversión en lugar de la afinidad política entre los gobiernos. "No tenemos que caer en ideologizar desde nuestro lado. No vamos a aceptar que el debate se quede en lo ideológico", sostuvo Solá.
Esta declaración llega semanas después de que Alberto Fernández recibiera en Buenos Aires a una decena de líderes progresistas en la región, asumiendo un rol protagónico en las declaraciones del grupo del Puebla sobre temas de alto voltaje político como la excarcelación del ex presidente Lula y la destitución por la fuerza de Evo Morales en Bolivia.
La posición de Solá es prudente conociendo, por un lado, el amplio rango ideológico que abarca el frente electoral peronista que desembocará en la Casa Rosada el próximo 10 de diciembre, pero también la combinación de crisis política y gobiernos conservadores que dominan por estos días en la región, en especial, en los limítrofes. Insistir en un tipo de integración reducida a la afinidad política podría dejar completamente aislada a la Argentina de la región. Pero, como dijo Tokatlian, “el pragmatismo es como el colesterol, es bueno y malo”.
Si hablamos de ideología, hablamos de Venezuela. Entre las definiciones de Solá, Argentina continuará siendo parte del Grupo de Lima, un grupo que fue conformado, hace no mucho tiempo, con un solo objetivo, el de denunciar al gobierno de Nicolás Maduro. Si bien Solá dijo que Argentina dará los debates dentro del grupo, la confirmación de la pertenencia da cuenta que nuestro país buscará crear algún tipo de posición alternativa capaz de promover una nueva convocatoria a elecciones, despegándose de los extremos. El próximo gobierno buscará que el tema Venezuela no domine por completo la agenda regional.
La posición de Solá es prudente conociendo el amplio rango ideológico que abarca el frente que desembocará en la Casa Rosada, pero también la combinación de crisis política y gobiernos conservadores que dominan por estos días en la región
El vínculo con Brasil tampoco se presenta sencillo. El abismo político que separa a Alberto Fernández de Jair Bolsonaro hace que ya podamos dar por descontado cualquier tipo de diplomacia presidencial y donde la atención deberá estar puesta en cuánto margen de acción tendrán los equipos técnicos.
Este escenario complica también la negociación del acuerdo Mercosur-Unión Europea que, según dijo Solá, desde el 10 de diciembre Argentina no contará con Brasil como aliado para plantear una posición común de cara a Europa. Tampoco se mostró muy confiado que el equilibrio de fuerzas en el Congreso pueda llegar a darle luz verde al proyecto.
Sobre Estados Unidos, Solá advirtió que buscará construir la mejor relación posible con los Estados Unidos, pero descartó cualquier tipo de injerencia de este país en temas de política interna. Lo que abre un interrogante acerca de la posición que tomará Argentina en la cruzada comercial China-Estados Unidos.
En el vínculo con China, Solá dijo que la “falta de democracia” en China es lo que le permite pensar en una política exterior a mediano o largo plazo mientras “Trump tiene que ver qué quieren los tipos de Florida, pero los chinos ya saben porque no van a elecciones. No sé si hay que admirarlos o hay que asustarse”, sostuvo.
Consultado por la posibilidad de avanzar con el diseño de una política exterior feminista, como es el caso de Suecia -que se convirtió en el primer país en el mundo en asumir públicamente esta posición, basada en instalar ciertos debates vinculados a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres-, Solá optó por referirse la situación de los espacios de poder que ocupan las mujeres diplomáticas al interior de la Cancillería. “No garantizo nada, sí me parece que hay que modificar algunas conductas de Cancillería que son bastante machistas pero no voy a hacer show de género”, dijo el diputado.
Si bien es difícil arriesgar cuáles serán las decisiones que tome el próximo canciller, ya podemos comenzar a perfilar cuál es el rumbo que tomarán las cosas.