América Latina y el conflicto Rusia-Ucrania: cómo se pronunciaron los países de la región y quiénes aún no lo hicieron
Con matices y diferentes estrategias discursivas, la mayoría repudiaron el ataque y exigieron una solución pacífica y diplomática ¿Cuál fue la posición de Nicaragua y Venezuela?
Tras el bombardeo ejecutado por el gobierno de Vladimir Putín a Ucrania, la Cancillería argentina reiteró “su firme rechazo al uso de la fuerza armada” y llamó “a Rusia a cesar las acciones militares” en el país vecino. Por su parte, la portavoz oficial Gabriela Cerruti planteó en conferencia de prensa: “No vamos a apoyar ninguna guerra empezada por ningún país en ninguna parte del mundo”. Pero, ¿la reacción en la región fue en la misma línea?
• Uruguay. El pronunciamiento del país del Este del Río de la Plata fue de rechazo contundente a la invasión. En ese sentido, la cancillería uruguaya planteó: “La solución que se alcance debe respetar la soberanía, la independencia y la integridad territorial de Ucrania. La guerra dejará una huella amarga y dolorosa, además de un retroceso sin precedentes para nuestra civilización”. El mandatario Luis Lacalle Pou pidió que se retomen las negociaciones de forma civilizada.
• Venezuela. En las antípodas se ubicó el Estado gobernado por Nicolás Maduro. El Ministerio de Relaciones Exteriores de la nación del Norte de Sudamérica no se ha manifestado desde el bombardeo ejecutado por el Kremlin. Pero en la escalada de la tensión en los días previos, expresó su total apoyo al jefe de Estado ruso: “Venezuela está con Putin, con Rusia, y nos vamos restear (aliar) cada vez mas”.
• Brasil. Planteó su “grave preocupación” por el conflicto y pidió “la suspensión inmediata de las hostilidades”. Sin embargo, fue uno de los pocos que reconoció la validez de la posición rusa y defendió una “solución negociada que considere los legítimos intereses de seguridad de Rusia y de Ucrania”. El vicepresidente Hamilton Mourao –hace meses distanciado de Jair Bolsonaro– fue aún más allá y sostuvo que “tiene que haber un uso de la fuerza” contra el aparato de Vladimir Putín, a quien comparó con Adolf Hitler.
• Chile. Condenó la “agresión” empleada por Rusia e hizo un llamado a que retire sus tropas y “evite la pérdida de vidas inocentes”. En ese sentido, el presidente electo Gabriel Boric fue categórico: “Desde Chile condenamos la invasión a Ucrania, la violación de su soberanía y el uso ilegitimo de la fuerza. Nuestra solidaridad estará con las víctimas y nuestros humildes esfuerzos con la paz”.
• Nicaragua. Otro gobierno alineado con el Kremlin es el de Daniel Ortega. El líder del país caribeño tampoco se manifestó desde el bombardeo pero en los días previos felicitó a Putin por reconocer la independencia de los estados del Este de Ucrania, Donetsk y Luhanks. “Estoy seguro que sí ahí lo someten a una elección o a un referéndum, como el que hicieron en Crimea, la gente va a votar por incluso anexarse a Rusia”, había dicho el mandatario de centroamérica.
• Bolivia. El Estado Plurinacional gobernado por Luis ‘Lucho’ Arce también hizo mención al asunto, aunque de una manera menos crítica. En un comunicado oficial de su Ministerio de Relaciones Exteriores, lamentó “la falta de diálogo” y convocó a “todas las partes en conflicto a comprometerse a realizar acciones de distención priorizando los mecanismos diplomáticos”. Asimismo, promovió “el derecho de los pueblos a vivir en paz”.
• Cuba. Por último, la nación históricamente aliada a Rusia aún no se ha pronunciado luego de los bombardeos pero sí, la Asamblea Nacional cubana, se posicionó el día miércoles. De forma explícita respaldó al país bicontinental y sostuvo que “tiene derecho a defenderse, y la OTAN debe prestar atención a los requisitos de la Federación Rusa sobre garantías de seguridad”. Además, en el comunicado de su cancillería, expresó: “El Gobierno de Estados Unidos lleva semanas amenazando a Rusia y manipulando a la comunidad internacional”. Además, ese mismo día, el presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez recibió al titular de la Duma Viascheslav Volodin en La Habana.