Este domingo, al igual que en nuestro país, Uruguay decide su color político por los próximos cinco años. Si bien hay once candidatos, la elección está polarizada.

Por un lado, se encuentra Daniel Martínez, del Frente Amplio. El ingeniero tiene 62 años y fue intendente de Montevideo entre los años 2015 y 2019.

Por el otro lado, y como segunda fuerza aparece Luis Lacalle, del Partido Nacional. Es hijo del expresidente Luis Alberto de Lacalle (1990-1995). Fue legislador en la Cámara Baja (2000-2015) y en el Senado (2015-2019). Alcanzó a llegar a la segunda vuelta de las presidenciales de 2014 pero fue derrotado por Tabaré Vázquez.

El tercer lugar es disputado por Enerto Talvi, del Partido Colorado, y Guido Manini Ríos de Cabildo Abierto, un partido de gran apoyo militar.

El Frente Amplio gobierna desde 2005. Desde entonces, hubo dos presidencias de Tabaré Vázquez y otro de José Mujica. Pero este año, por primera vez en 15 años, el FA pierde fuerzas ante una posible coalición entre los principales partidos opositores.

Tabaré Vázquez junto a José Mujica. Foto: Daniel Caselli/AFP
Tabaré Vázquez junto a José Mujica. Foto: Daniel Caselli/AFP

Lo que tenés que saber sobre los comicios en Uruguay:

Uruguay elegirá presidente, vicepresidente, 90 diputados, 30 senadores.

Al igual que en la Argentina, el voto es obligatorio.  Son 2,7 millones los uruguayos que tendrán el deber constitucional de ir a las urnas.

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A diferencia de lo que ocurre en Bolivia o en nuestro país, donde con 10 puntos de diferencia entre candidatos se accede a la presidencia, en Uruguay para que resulte electo un mandatario, deberá obtener el 50% más uno de los sufragios. De lo contrario, se realizará una segunda vuelta el 24 de noviembre entre los dos candidatos más votados.

Hay once candidatos presidenciales y ninguno de ellos es mujer. Cinco de los 11 partidos que se presentan tienen mujeres como vicepresidente.

Junto a la renovación de autoridades, Uruguay también votará si cambia (o no) algunos puntos clave de la actual Constitución. Se trata del plebiscito sobre la reforma llamada "Vivir sin Miedo". Esta busca, entre otros asuntos, permitir que los militares estén en las calles para atacar la delincuencia, con allanamientos nocturnos, así como negar la libertad anticipada a prisioneros culpables de algunos delitos y la pena de reclusión permanente revisable.