“Personalmente, la música me distrae y no logro concentrarme en el ritmo pautado”, nos cuenta Juan Pablo, de 25 años y runner desde hace dos. Sin embargo, para Romina, reciente runner, correr con música están importante como salir a entrenar: “Sin música y sin mi celular no voy a ningún lado, he llegado a detener mi entrenamiento por quedarme sin batería…”.

Para la mayoría de los runners que corren indoor (bajo techo), ya sea en una cinta hogareña o en un gimnasio, la música ayuda a motivarlos y mejora su performance. Ahora bien, si un atleta corre al aire libre la situación cambia sustancialmente. Es importante en este aspecto escuchar al cuerpo de uno mismo: estar al aire libre, junto con el ruido y la música afectan entonces notoriamente esa intención.

Lo recomendable es escuchar música solo al comienzo de la actividad física

Lo aconsejable es escuchar música al principio de la carrera y hasta los dos kilómetros. Luego, solo podría afectar la performance. Puede resultar beneficiosa para distraerse o a pasarla bien en el inicio del entrenamiento o competencia, pero no ayudará a mejorar el desempeño, ni a entender o escuchar el cuerpo y saber si hay que correr más rápido o disminuir el paso.

También está el factor riesgo. Muchos runners corren por las calles y/o de noche y estar alertas a otras cuestiones nos imposibilita escuchar el sonido ambiente. Hay que tener suma precaución con esto.

La elección de correr con o sin música depende mucho del corredor. Pero en realidad, cuando más esfuerzo hay que hacer y más larga es la carrera, menos impacto tiene la música sobre el rendimiento final del atleta, según lo demostraron estudios recientes. Para algunos corredores, la música tiene un efecto placebo a partir de los tres kilómetros actúa como acompañamiento adecuado para encarar largas distancias.

La decisión es personal y depende de lo que se busque en cada entrenamiento o competencia. Vos, ¿de qué lado estas?