Matar al ídolo: El Potro, la oscuridad, los excesos y la polémica
"Era un hijo de puta". El comentario de la Daniel "La Tota" Santillán, sentado en su butaca del cine Hoyts del shopping Dot, llegó a los oídos de los espectadores que se sentaron cerca suyo anoche, en la avant premiere de El Potro: lo mejor del amor, la esperada película que cuenta el tramo final de la vida de Rodrigo.
El filme, que cuenta con la participación especial de Ramiro, hijo de Rodrigo, transcurre durante los años de frenético ascenso del cantante cuartetero, desde su primera presentación en Buenos Aires hasta su maratón de shows en el Luna Park, y muestra su faceta más violenta y ambiciosa. También, la forma en que sus ansias de "llegar" afectaron su vida personal.
Esta decisión de la directora Lorena Muñoz y su equipo de producción abrió una grieta en la familia del artista. Su madre, Beatriz Olave (interpretada en la película por Florencia Peña), enfureció al enterarse de que no se trataba de un homenaje sino de una versión "oscura" de su hijo. Lo mismo hizo su hermano, Ulises Bueno. "Así cuentan la historia los que no te conocieron", posteó en Instagram.
Patricia Pacheco, madre del único hijo del Potro, Ramiro, tuvo otra actitud. La historia está contada, en gran parte, alrededor de su personaje, que interpreta Malena Sánchez. A diferencia de Olave, Pacheco aceptó colaborar con la construcción del guión y ayer estuvo presente en la proyección junto a su hijo.
También asistió José Luis Gozalo, el manager de Rodrigo, que en la película personifica -en una versión un poco más sui generis- Fernán Mirás. "El Oso" acompañó al Potro de manera incondicional, toleró sus excesos y ocupó el rol que dejó vacante su padre al morir, un hecho que casi termina con la carrera del cantante.
A favor y en contra
A la salida, los espectadores y críticos consultados por este medio destacaron la actuación de Sánchez y del debutante Rodrigo Romero, de asombroso parecido con el músico. No fueron tan benevolentes con Peña en su rol de Betty Olave ni con Jimena Barón haciendo de Marixa Balli. También cuestionaron algunos "baches" del guión y la estética, por la excesiva saturación de los colores.