El influencer Marcos Aramburu, parte del programa "Gelatina" que conduce Pedro Rozemblat, brindó una entrevista en la que se mofó de su supuesta condición de "adinerado" por su apellido y aseguró: "Ser cheto sin guita es lo peor que te puede pasar". Además, el periodista ironizó que, pese a tener "todas las fichas", le faltó "la más importante": "No heredé ni un metro cuadrado".

"Tengo todos los elementos: Zona Norte, un rubio, se llama Aramburu, pero la verdad es que no heredé un departamento, ni un monoambiente en Mar de las Pampas, nada de nada, ni un metro cuadrado", remarcó en una entrevista con Infobae

Siguiendo la misma línea, enfatizó y aclaró: "Realmente mi papá tiene su casa y después no hay una propiedad más. Es terrible. Ojalá hubiese heredado unos campos o algo así, hubiese sido espectacular". 

"Mi abuela era una rosarina que vino sin un mango de Buenos Aires, mi abuelo, un vasco que cuando se jubiló seguía laburando de mantenimiento. Soy rubio por el lado de mi madre, que son de San Martín y Caseros. Si, sé que tengo todas las fichas, la única que falta es la más importante, que es la guita", describió entre risas.

Aramburu aseguró que se siente más identificado con el peronismo (video: Infobae).

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A la hora de hablar en términos más serios y sentimentales sobre su familia, explicó sobre el fallecimiento de su mamá a sus 10 años que "es un tema ya procesado". "Escribí bastante en el libro que saqué el año pasado. Son cuatro crónicas y una incluye bastante la historia de mi mamá", agregó. 

Además, recordó con quiénes se crio: "Mis hermanas, que son más grandes. Muy madres. Mi papá, mis tíos del lado materno, mis primos. Un niño adulto también fui. Yo hablaba con los amigos de mis hermanas que tenían diez años más, me enseñaron a jugar al póquer. Un niño sobreadaptado". 

Al ser consultado sobre su ideología política, Aramburu remarcó que se siente más identificado con el peronismo: "Siento que vivimos estos últimos años la conversión de la palabra progresista en algo más tonto. Cuando era chico, en el colegio, decir que mis papás eran progresistas era algo que estaba bueno. Y progresista se convirtió en una palabra bastante tonta, el sentido que se le da hoy a la palabra no me identifica nada". 

"Hoy se lo asocia con cierto juicio naif sobre las cosas. También hay una especia de exageración cuando se critica: ‘estos progre’. ¿Y vos qué pensás que el matrimonio igualitario, sí?¿O que el aborto, sí? Bueno, vos sos un progre también. Pero creo que soy peronista", continuó. 

En otro orden de cosas, no ocultó su fanatismo por Diego Maradona, pese a no haberlo visto jugar: "Lo amo con el alma". "En lugares donde se matan por quién es Dios y por interpretaciones religiosas hay murales que dicen Dios con el 10 de Maradona, es algo que es transversal. Yo fui a países árabes, a países del norte de África, ven cosas del Diego y se vuelven locos. Es como un Dios del Tercer mundo", remató .