Sol Pérez y Marina Calabró, panelistas del Debate de Gran Hermano 2025, se vieron envueltas en la última edición del programa en una discusión por la silla que ocupan al aire: las tres quisieron sentarse en el asiento más cercano al conductor Santiago del Moro. Hubo fuego cruzado entre las dos últimas y, según dicen, la modelo y abogada se habría "amotinado" en su camarín.

Aunque solía ser Laura Ubfal quien ocupaba el lugar más preciado para las panelistas, en esta última ocasión fue Calabró quien se ubicó ahí. Al parecer, la periodista tendría el derecho de elegir esa silla por contrato.

Cuando Calabró llegó al set de grabación, vio que se le había asignado uno de los asientos de atrás. Ante esta situación, se quejó y exigió que se le asignara uno de los de adelante, los que más exposición tienen. Para ubicarla, hacía falta mover a Eliana Guercio o a Pérez. Allí comenzó el conflicto.

"Siempre era un día y un día, y rotábamos así. O sea, nadie peleaba por un lugar. Es algo tonto para mí pelear por un lugar. Y bueno, de repente vinieron a mi camarín y me dijeron que había una persona que no quería sentarse atrás", aseguró Pérez, ofuscada.

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Además, profundizó, sin llegar a dar nombres: "Me pone triste la situación. Había una persona que no quería sentarse atrás y me pidieron si, por favor, yo podía pasarme. A mí no me molestaba porque un lugar no determina mi trabajo".

Por su parte, Calabró desestimó la disputa y le quitó importancia: "No es cierto que yo pedí estar adelante. La productora me dijo que las cuatro chicas iban adelante, tengo los mensajes, y los dos varones atrás. Es lo que habíamos quedado". 

Aún así, negó que haya sido ella quien obligó a Pérez a cambiarse de lugar: "Yo no tenía nada que comentarle a Sol porque no quería que nadie se parara ni dejara su lugar ¿Cómo voy a hacer parar a una compañera? Fue un comentario a la producción de que no era lo que me habían dicho que iban a hacer. Ni loca pediría que se levantara ninguna compañera".