En una nueva gala de eliminación, esta vez mediante voto positivo, Gran Hermano tuvo dos nuevos expulsados, pero uno de ellos no llegó al estudio para saludar al público y al conductor del show, Santiago Del Moro.

En medio de la emoción y la particularidad de la doble expulsión en la jornada del último domingo, dos de los participantes tuvieron que dejar "la casa más famosa del mundo". Pero no todo salió bien.

Delfina -la joven que había sido la primera eliminada de esta edición y había regresado como reemplazo de otro concursante- no duró mucho dentro del reality y volvió a sufrir una descompensación ante la noticia.

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Como ocurre tras cada salida de la casa llena de cámaras, Del Moro los recibe en el piso de Telefe, donde los espera junto al público que asiste a la gala en vivo. 

Si bien así fue el caso de Saif, el otro expulsado de la noche, que se bajó del vehículo que transporta a cada uno de los concursantes hacia y desde la vivienda de GH y saludó al conductor, no pasó lo mismo con su compañera.

De la misma manera que había sucedido en su primera eliminación, la joven una vez más padeció una situación personal que le impidió llegar al estudio de TV.

"No quiso subir al Cabify por un ataque de ansiedad", contó el animador tras la sorpresiva ausencia.