"Que le quede claro al presidente de la Corte. Está ejerciendo demasiadas presiones para cerrar su juicio, para buscar su impunidad. Yo no lo voy a hacer. Que la sociedad argentina rechace las presiones del presidente de la corte a través de funcionarios sobre mi persona. Porque sino voy a denunciar todo”. Exultante, enojada, más Lilita que nunca. Con el resultado de la elección, Elisa Carrió salió nuevamente esta semana a criticar a uno de sus enemigos predilectos: Ricardo Lorenzetti.

Las acusaciones de Carrió no son nuevas. Se habían aplacado (por lo menos públicamente) en los últimos meses, para alivio de un sector del oficialismo, que desea mantener el muy buen vínculo que hay entre el titular de la Corte y el Ejecutivo. Ya este año, ante las denuncias de la diputada, Macri tuvo que salir a aclarar que corrían por su cuenta.

La caja y la ley de medios

"No sé si Lorenzetti, Zaffaroni y Highton de Nolasco son fiables”, decía Lilita en octubre de 2012, cuando discutía en los canales de televisión sobre el fallo que tenía que dictar en ese momento la  Corte sobre la constitucionalidad de la ley de servicios de comunicación audiovisual. Fue una de las primeras críticas públicas. Carrió siempre simpatizó con Carmen Argibay, lo que generó incluso una felicitación de su parte a Nestor Kirchner por su nombramiento, en 2003. También tenía admiración y cariño por Carlos Fayt, sentimiento que se acentuó en pleno conflicto del supremo con el kirchnerismo.

La bomba contra Lorenzetti explotó en abril de 2013. El kirchnerismo estaba en pleno proceso de "democratización judicial” y una carta de firmada por varios jueces llegó con sugerencias y críticas. El punto principal era que la Corte mantuviera la administración de los fondos del Poder Judicial. Lilita consideró que se trataba de un pacto: "Es un acuerdo espurio de punta y punta ¿Qué le va a dar Lorenzetti a la Presidenta? ¿Le dará un fallo favorable en la ley de medios, le dará rechazar los juicios por el cepo cambiario?”

El argumento del pacto se repitió cuando la Corte se decidió, finalmente, a favor de la ley de medios. "Lorenzetti parece un hombre de bien pero tiene un pasado oscuro”, acusaba Carrió el mismo día que se conoció el fallo. "El que perdió legitimidad es un presidente de la Corte que debía velar por la Constitución y pactó por la caja”, disparaba desde la señal Todo Noticias.

No quedó ahí: en 2014, mientras el Congreso debatía la reforma del Código Civil, Lilita se acordó de Lorenzetti y de su compañera en la Corte Elena Highton de Nolasco: "van a ganar millones con las ediciones de los nuevos tomos del Código Civil”. Un año después, lo acusó de no defender a Fayt de las críticas del kirchnerismo por su edad. "Lorenzetti debería sacar una acordada de la Corte en defensa del juez Fayt, en lugar de llorar por cansancio moral y pido que pregunten en Rafaela si Lorenzetti tiene moral”, declaró, haciendo alusión a la ciudad de la que es el titular de la Corte.

Guerra en tiempos macristas

Enero de 2016. En plena feria judicial, Lilita presentó en Comodoro Py una denuncia por enriquecimiento ilícito. El expediente fue cerrado meses después y se dijo que no había delito pero la diputada no se rindió. "No le crean al Presidente de la Corte” fustigaba mientras lo acusaba de ser "socio de Carlos Zannini”. No fue la única presentación judicial que hizo en su contra: a fines del año pasado, lo acusó de estar vinculado a una cooperativa que hacía negociados con cheques vinculados a clubes de fútbol.

El año electoral pintaba peor: en abril, presentó un pedido de juicio político por mal desempeño en el ejercicio de sus funciones. Lo acusó de montar una estructura administrativa dentro del Poder Judicial para hacer obra pública que luego no se hacía o se hacía por menos dinero, según el escrito que presentó. A eso le sumó las denuncias que hizo en 2016.

Por primera vez, Lorenzetti decidió contestar públicamente a través de dos cartas. En la primera, le pidió que vaya al Consejo de la Magistratura a verificar toda la documentación sobre su administración y que desmienta después todas las acusaciones. "En su conducta hay una afectación de mi honor y de mi imagen que ya no pueden ser toleradas”, escribió.

Ante la negativa de Carrió, Lorenzetti replicó y dijo que no le quedaba otro camino que promover una demanda por daños. "Creo que el país espera de nosotros un comportamiento responsable y un espíritu sereno, que no se compadece con una suerte de guerra política que usted ha iniciado, en la cual no participaré”, cerró el supremo.

Por supuesto que no quedó ahí: Carrió lo acusó de pertenecer a una logia y de "enredar” a los otros jueces de la Corte para que fallaran a favor del 2x1. Hacia mitad de año, todo pareció tranquilizarse. Pero esta semana, Lilita volvió. "Macri lo sabe. (Lorenzetti) a mí no me presiona. Presiona al Gobierno. La respuesta pública, Lorenzetti, es 'No'. Sobre mi cabeza. Justicia para todos.”, cerró Carrió. El enfrentamiento continúa.