Las negociaciones de las paritarias de este año inquietan en el entorno de Cambiemos. El Gobierno busca seguir con la difícil tarea de negociar en torno a la línea de la meta inflacionaria -de 15%- ante una clase trabajadora que descree que los precios aumenten menos de los 20 puntos. Además, la evidencia juega en contra: la última meta del Banco Central estuvo errada por 8 unidades.

En este contexto, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, quien vuelve a la actividad este lunes luego de adelantar sus vacaciones por el conflicto que tuvo con su ex empleada Sandra Heredia, estudia junto al Poder Ejecutivo un abanico de posibilidades para cumplir con los dos objetivos fundamentales: cerrar las paritarias en torno a la meta e impedir el uso de la cláusula gatillo.

El oficialismo evalúa incluir retribuciones por productividad y presentismo en las negociaciones con los gremios. En primera línea chocarán contra los docentes. Roberto Baradel consideró que una oferta de "15% sin cláusula gatillo” sería un "ensañamiento” con los trabajadores y adelantó que sería "rechazada de plano” por Suteba.

Asimismo, el Gobierno planea sortear estos problemas con otros atajos como permitir aportes extraordinarios a la obra social o establecer adicionales que puedan quedar permanentes.

Triaca, protagonista


El papel de Triaca será fundamental en el cierre de las paritarias, su principal bandera de defensa ante su entorno luego de los conflictos del Caso Heredia. El funcionario planea empezar el diálogo con los sindicalistas más afines al oficialismo con el fin de establecer la línea más cercana a la que plantea Cambiemos.

Las corridas del dólar


Las recientes corridas del dólar tampoco ayudan a la negociación. La divisa extranjera acumula varios días al alza y, al esperar que se traduzca a precios, los sindicatos temen cerrar una paritaria desventajosa, incluso aunque sea unos puntos por encima de la línea del 15%.