Los bancos se encuentran en las primeras planas principalmente por la discusión paritaria que se viene llevando adelante desde hace meses. También fueron noticia a partir de los cambios que vienen a intentar imprimir a la industria bancaria argentina apuestas como las "bantech" locales principalmente de la mano de big players como Corporación América, que recientemente recaudó arriba de USD 500 millones en su oferta pública inicial en Wall Street (tuvo que ir a buscar afuera lo que no conseguía adentro).

Y seguirán siendo noticia en la medida en que los esfuerzos por potenciar al capital emprendedor y a las PyMEs locales, a través del mercado bancario y el mercado de capitales, rindan sus frutos. O al menos, eso espero.

Empieza a haber movimiento en los mercados de acceso a deuda locales. Se aprecia cada vez más que el acceso al crédito amplía posibilidades a la vez que permite generar valor a la firma bajo determinadas condiciones. No es fácil. Primero se debe reajustar la opinión que sobre los bancos tiene el argentino medio a partir de episodios ya no tan recientes que erosionaron la imagen de estas instituciones financieras.

Desde luego que los bancos están lejos de ser el comedor de Margarita Barrientos, o el merendero Pancitas Llenas; pero la fama de los bancos locales tuvo más que ver con problemas socioeconómicos que los gobiernos no pudieron resolver y que generaron sus fallas.

En otros países, los bancos fueron, en cambio, el motor del progreso. Con un mecanismo aceitado y menores "fricciones" sociopolíticas que las que enfrentan en Argentina, pudieron canalizar los fondos de personas con exceso de liquidez hacia agentes que necesitaban de ese excedente para destinarlo a fines productivos. Y así, los emprendedores lograron superar restricciones presupuestarias, crecer, generar empleo, y con ellos, dinamizar las economías de los países que conformaban.

Escuchamos a menudo que Argentina era la Canadá o la Australia de Sudamérica, pero un día un hechicero malvado nos confinó a casi 100 años en el tercer mundo. Pero en términos de sus mercados bancarios, qué hicieron Canadá y Australia que nosotros no? Y de paso, agreguemos a Chile a la comparación para no hacerla tan despareja.

Como un primer indicador del nivel de penetración del sistema bancario en uno y otro país, mientras Canadá, Australia y Chile tienen arriba de 20 sucursales bancarias cada 100.000 habitantes, Argentina tiene 13. Es decir, en esos tres países los bancos están alrededor de un 100% "más cerca de la gente" en términos de sucursales.

¿A qué se debe eso? En parte, a una estructura de costos sub-óptima que hace a los bancos argentinos más ineficientes. Y con los bancos argentinos, a la economía argentina en su conjunto, ya que los bancos cargan los costos de sus ineficiencias a ahorristas y tomadores de fondos.

El ratio costo sobre ingreso de los bancos en Argentina, como así también sus ingresos por gastos y comisiones (es decir todo concepto ajeno a tasa de interés) es superior a los demás países. También son superiores los costos de personal bancario como proporción de los activos de los bancos (casi 6% del total de activos en Argentina contra 2% y menos en los demás casos). A esos costos adicionales que sufren los bancos locales y deben cargar a sus clientes, se debe sumar la pesada estructura impositiva que grava las operaciones bancarias. Otro costo más para la gente. Otro desincentivo fuerte a bancarizarse.

Es por ello que mientras en Chile los depósitos bancarios representaban casi el 60% de su PBI y en Australia arriba del 100%, en Argentina apenas el 15%. Y si hay menos plata para "cuidar" hay menos plata para prestar. Es por ello que el crédito doméstico como porcentaje del PBI en Argentina no superaba el 15% y en los demás países no bajaba del 100%. Es que, para colmo, en Canadá, Australia y Chile se presta más de USD 1 por cada USD 1 de depósito, mientras que en Argentina solamente USD 0.70.

Las bantech intentarán derribar la elevada estructura de costos que enfrentan los bancos tal y como los conocemos, disminuyendo los costos transaccionales de operar con bancos en Argentina y buscando expandir niveles de bancarización con todos los beneficios que ello genera: flexibilidad, comodidad, control, seguridad, eficiencia. Y a su vez, conseguir estos bancos engrosar su caja para hacer lo que más les gusta: prestar plata a un costo.

Si no es a través de los bancos propiamente dichos, que sea a través de las bantech, pero que de una vez por todas los mercados encargados de brindar liquidez y correr los límites a los emprendedores locales comiencen a hacer girar la rueda, y que contagien a todos los agentes de ambos lados del mostrador para que los privados tengan respaldo que les permita empezar a invertir fuerte, ya que solamente a través de la inversión privada es que crecieron los países que hicieron catch-up más rápido con las principales potencias.