Miércoles negro: con dólar a $44,90 y riesgo país récord, asumen los mercados el riesgo de un default
A un año de que el JP Morgan decidiera retirar US$800 millones de los activos argentinos para dolarizar su cartera, provocando el comienzo de una corrida cambiaria cuyas repercusiones se extienden hasta la fecha, la delicada situación económica y financiera de la Argentina empeora empujada por varios elementos: la crisis de confianza de los mercados a la capacidad del Gobierno nacional, la incertidumbre política que amenaza la continuidad de Cambiemos y una inflación rebelde, alta y constante.
Ante un terreno pantanoso, los inversores extranjeros con importantes sumas de capital evalúan si mantener activos argentinos en sus carteras o migrar hacia otros dolarizados.
En ese contexto, el nivel de endeudamiento del país -fuertemente profundizado en la administración de Macri- alcanza las mismas proporciones que el tamaño del PBI y los montos a pagar -tanto de intereses como de capital- despiertan dudas sobre la capacidad de Argentina de honrar sus deudas.
En esa pista se mueven variables importantes para los mercados como el Riesgo País y las CDS (Permuta de incumplimiento crediticio). El primero es un indicador del JP Morgan que mide cuánto más que Estados Unidos -en términos de intereses- deben pagar los bonos de un país.
Al ser la tasa de interés norteamericana de 2,5 puntos, Argentina debería garantizar un interés cercano al 10% anual en dólares, ya que su riesgo país alcanzó este miércoles los 927 puntos básicos, un récord en la gestión de Macri.
Pero lo que un número realmente alto del riesgo país significa es que las puertas de los mercados para tomar deuda están cerradas, es decir, que nadie está dispuesto a prestarle al país debido a la desconfianza de que esa deuda no sea saldada.
Las CDS son un producto financiero de cobertura de riesgos. El comprador realiza una serie de pagos para garantizarse el cobro de un activo. Por ejemplo, quienes le prestaron dinero a la Argentina adquieren este tipo de permutas -pagando una serie de cuotas- y, en caso de que nuestro país no pague sus deudas, cobran igual desde otro acreedor. Estos activos también alcanzaron un nuevo récord: el costo de asegurarse contra un default de Argentina a 5 años casi se duplicó dos meses y supera 1.000 puntos básicos por primera vez en la era Macri.
Para los mercados, la probabilidad de default en 5 años es del 50%. Los bonos argentinos, explicó el economista Ignacio Olivera Doll, están en su peor momento por la incertidumbre electoral.
“El Bonar 2020, el primer gran bono soberano en dólares que le vencerá al próximo gobierno, sigue como el mejor indicador del fantasma electoral: pasó de rendir 8% a 15% anual en sólo dos meses”, agregó.
Aunque no lo da por descontando, el mercado teme a un nuevo default de la Argentina. Ninguno de los posibles candidatos a presidente deslizó la posibilidad de no pagar la deuda, pero la mayoría aseguran que la misma deberá ser renegociada debido a que los vencimientos acumulados son más altos que la capacidad del país de afrontarlos.