Las criptomonedas acusaron en las últimas horas el impacto de la escalada del conflicto en Medio Oriente tras el primer ataque directo de Irán a Israel, y registraron caídas en sintonía con los mercados tradicionales.

Entre sus primeras reacciones a la escalada de violencia, el Bitcoin se desplomó más de un 4,3% para ubicarse en torno a los USD 64.000, mientras que Solana registró un derrumbe superior al 7% al orden de los USD 143. Por su parte, Ethereum perdió más de un 6% y se ubicó apenas por encima de los USD 3.000.

Como suele ocurrir cuando caen el Bitcoin y otras de las principales divisas digitales, el resto del mercado cripto sigue la misma tendencia, con descensos de más del 10% encabezados por Ripple y Dogecoin.

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El deterioro generalizado, en respuesta a la incertidumbre geopolítica tras la renovada violencia entre Irán e Israel, produjo que los principales activos cortaran su racha alcista y rompieran sus máximos previamente establecidos.

Las criptomonedas que operan las 24 horas sirven como un anticipo del sentimiento del mercado y de lo que se espera que pase el lunes con la apertura de todas las bolsas mundiales en el marco del conflicto en una región frecuentemente agitada.

En momentos de tensión bélica, los inversionistas tienden a ser más cautelosos, por lo que crece la aversión al riesgo y, en consecuencia, muchos optan por alejarse de los activos considerados de mayor riesgo, como pueden ser las criptomonedas que, a pesar de la creciente popularidad del Bitcoin, son vistas por muchos expertos financieros como un activo vinculado a una elevada volatilidad.

La decisión de los inversionistas de retirar sus capitales de este tipo de activos conduce a un incremento de la oferta en el mercado, sin un correspondiente aumento en la demanda, lo que lleva a la caída del precio.