Llegaron las fiestas y, como siempre, las largas colas en todo el país para hacerse del tradicional pan dulce que ocupará todas las mesas argentinas este 25 de diciembre. Sin embargo, al igual que el resto de los productos –y sobre todo en los alimentos–, la inflación impactó también en el precio del característico bollo.

La evolución del Índice

El Canciller miró la variación del precio del pan dulce y notó que el incremento desde 2016 hasta la actualidad fue de casi un 600%. Es decir, su valor se multiplicó por siete en los últimos cinco años. Cabe destacar que, en el mismo período, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INDEC, mostró una inflación acumulada de poco más del 460%. Por lo que se podría inferir que el crecimiento del producto navideño fue por encima del promedio en ese lapso.

Está claro que año a año las opciones para adquirirlo fueron siempre muy diversas, desde los más requeridos hasta las alternativas más económicas. Lo cierto es que, en diciembre de 2016, su valor medio era de $290 el kilo. En 2017, esa cifra llegaba a los $370, lo cual implicaba un incremento del 27,6%.

Un año más tarde, en 2018, el precio por el mismo peso ascendía a $500, un 35% más. Pero en 2019 la suba fue aún más importante: del 80%. Ese año, el pan dulce se conseguía a alrededor de $900.

En diciembre 2020, ya concluido el mandato de Mauricio Macri y transitado el primer año del de Alberto Fernández, el valor del popular panificado tocaba los $1200, lo que implicaba un incremento del 33,3%. Este año, el precio promedio del producto se encuentra cerca de los $2.000, es decir un 66,6% más caro que hace 12 meses. Si su valor hubiera aumentado a la par de la inflación general de los últimos cinco años, el pan dulce promedio se conseguiría a $1674.

Sin embargo, lo que crecieron también fueron los costos de producción. Cristian Malsenido es presidente del Centro de Panaderos de Almirante Brown y secretario de la Federación Industrial Panaderil de la Provincia de Buenos Aires (FIPBA), y en conversación con El Canciller planteó: “Hace años que los panaderos dejamos de ganar plata con el pan dulce. Por eso muchos ni siquiera lo fabrican. Lo hacemos porque tiene que estar, pero hacemos 30 y vendemos 15”.

La situación en el sector

No hay duda de que la pandemia afectó a la economía entera. Las panaderías fueron un eslabón que sufrió especialmente la crisis. “Hoy los panaderos estamos realmente mal”, lamentó Malsenido, quien además contó que el sector “se está haciendo clandestino”. El dueño de una PyME que antes le pagaba las cargas sociales a sus empleados “hoy no está pudiendo hacerlo” y se está volcando a la informalidad.

Según el secretario de FIPBA, “todos los insumos aumentan entre un 5 y 10% todas las semanas”. Si bien el empresario reconoce que hubo una reactivación en general en la salida del aislamiento, señaló: “El tema es que con la pandemia bajó un 50% el consumo y ahora subió solo un 15%. La gente no tiene para gastar”.