Guerra entre productoras y distribuidoras de gas: evalúa Lopetegui cargar el costo a los usuarios
Inicialmente, el plazo es de 75 días, pero el Gobierno planteó reducirlo a 30 días. Las petroleras celebraron la iniciativa, mientras que las distribuidoras salieron a destruirlo discursivamente. El principal detractor del proyecto fue Alejandro Macfarlane, presidente de Camuzzi, distribuidora ¿amiga? del Gobierno.
Las distribuidoras sostienen que si el plazo cambia, dado que ellas recién cobran de los usuarios a partir de los 60 días después de la entrega del gas, deberán tomar deuda en el mercado financiero por $2.000 millones mensuales, algo que seduce poco debido a las altas tasas de Guido Sandleris.
“Nos obligan a salir a financiarnos a una tasa del 50% anual, es decir, cerca del 4,5% mensual, con el objetivo de que las petroleras se cubran de una eventual devaluación. En la práctica, si prospera este cambio regulatorio, las distribuidoras de gas transferirán recursos a las petroleras sin ningún sentido", dijo Alejandro Macfarlane, presidente de Camuzzi y exCEO de Edenor, la semana pasada en EconoJournal.
Por eso, según BAE Negocios, Lopetegui ensaya un plan B para no perder amigos en el Círculo Rojo: que paguen los usuarios para que ni distribuidoras ni productoras vean reducidas sus ganancias. El viernes terminará la consulta pública convocada por la secretaría de Energía y el Enargas para discutir cambios en la tarifa de gas. La propuesta del oficialismo avalaría otro aumento, además del tarifazo de 35% ya anunciado, para cubrir el costo financiero que tiene para las distribuidoras pagar en un menor plazo que los 75 días que regían hasta ahora.
De esta manera, el Gobierno planea cargar el costo del financiamiento de las distribuidoras en las facturas de los usuarios, aunque prevén que habrá una fuerte resistencia de la oposición, que ya trabaja en un proyecto para retrotraer las tarifas a los niveles de 2018 por la delicada situación económica. Si el Poder Ejecutivo resolviese que los usuarios se hagan cargo del costo financiero, el aumento sería mayor al 35% que había dispuesto el entonces secretario Javier Iguacel.