En medio de la tormenta que atraviesa el Gobierno y luego de conocerse que la actividad económica se redujo un 5,8% en el indicador interanual, el Indec comunicó que el déficit comercial en el primer semestre fue de US$5.101 millones y quedó cerca de los US$5.600 millones que se esperaban para 2018.

Luego de una crisis cambiaria que detonó los mercados, devaluó la moneda y disparó la inflación, y una guerra comercial entre Estados Unidos y China, la Unión Europea y Canadá, la balanza internacional Argentina se vio fuertemente afectada y sepultó las estimaciones de 2018 a mitad de camino.

En el informe publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos se precisó que las exportaciones argentinas generaron ingresos por tan solo US$29.797 millones, exhibiendo así un aumento del 5,5% respecto al mismo período del año anterior.

Sin embargo, las importaciones de bienes extranjeros registraron, siempre hablando del primer semestre, una furiosa suba del 13%, lo que configuró un desbalance que duplicó al del año pasado (US$2.616 millones).

Y aunque la balanza comercial ya acumula 18 meses consecutivos de déficit, la crisis cambiaria, además de provocar la devaluación de la moneda en un 30% y cargarse a dos ministros y un presidente del Banco Central, redujo las pérdidas de US$1.313 millones en mayo a US$382 millones en junio, gracias a una disminución del 7,5% de las importaciones.

A su vez, el informe del Indec mostró también números rojos con sus principales clientes: mientras que el intercambio comercial con Brasil ocasionó un déficit US$393 millones de dólares, el saldo con China exhibió pérdidas por US$472 millones y de US$337 millones con Estados Unidos.

Tan solo cuatro días después de la partida de Christine Lagarde y los ministros de Finanzas de las principales potencias del mundo, el Gobierno de Mauricio Macri recibió un duro golpe que se suma al de un dólar desatado y una inflación difícil -por no decir imposible- de controlar.

Al igual que el déficit comercial, que alcanzó su meta anual en el primer semestre, la inflación ya lleva una suba del 16% en lo que va de 2018, fosilisando aquellas optimistas -e irreales- metas del 15%-17% que Sturzenegger, Peña, Dujovne y Caputo estimaron el último día de los inocentes.

El informe completo