El Fondo Monetario Internacional (FMI) aseguró en un nuevo informe que la inflación de Argentina "bajará a un ritmo más rápido" este año aunque "la recesión será más dura de lo esperado". El organismo estimó que el 2024 terminará con un 140% de suba de precios anual y que "la actividad se contraerá 3,5%", lo que equivale a un peor desempeño frente a la anterior previsión de una merma de Producto Interno Bruto (PBI) del 2,75%. 

Por otra parte, el exdirector del organismo multilateral de crédito Alejandro Werner consideró que el país podría lograr otro acuerdo de entre USD 8.000 y 10.000 millones.

Luego de que el presidente Javier Milei y la titular del organismo, Kristalina Georgieva, se encontraran en la última reunión del G7 en Italia, a la que asistieron como invitados especiales, y de que se aprobara la octava revisión del programa con la Argentina que autorizó el desembolso de USD 800 millones, se conoció un nuevo "staff report" en el que, de cara al corto y mediano plazo, el FMI espera que el Gobierno plantee una estrategia para ir removiendo, de forma gradual, los controles cambiarios y en octubre confeccione un plan de reforma impositiva integral

"Se espera que la inflación mensual caiga aún más, convergiendo a alrededor del 4 por ciento para fines de 2024 (140 por ciento interanual frente al 150 por ciento anterior), y disminuyendo aún más en el mediano plazo, a medida que la demanda de pesos se recupere de niveles históricamente bajos", expresó el nuevo informe del Fondo. 

Asimismo, añadió que "la producción se contraerá alrededor de un 3,5% en 2024, aunque se espera un cambio de rumbo en la actividad durante la segunda mitad de este año, a medida que se alivien los obstáculos de la consolidación fiscal, los salarios reales comiencen a recuperarse y la inversión se recupere en respuesta a las reformas". La previsión anterior del organismo era de una caída del PIB de un 2,75%.

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"La firme implementación del plan de estabilización ha llevado a impresionantes compras de divisas por parte del Banco Central", señaló el informe, que agregó que "se prevé que las reservas se mantengan sin cambios, ya que los términos de intercambio menos favorables se ven compensados en gran medida por mayores entradas netas de capital".

"Los superávits fiscales y externos sostenidos a mediano plazo -respaldados por políticas estrictas, aumentos de productividad y mejoras estructurales en el balance energético- fortalecerán las reservas y asegurarán las perspectivas de acceso a los mercados internacionales", puntualizó.

A pesar de esto, el organismo internacional remarcó que "para sostener los sólidos avances ya logrados" y "respaldar la recuperación", el Estado argentino debe: "(i) fortalecer el ancla fiscal mejorando la calidad y durabilidad de la consolidación en curso; (ii) perfeccionar los marcos de política monetaria y cambiaria y la comunicación para afianzar firmemente el proceso de desinflación, mejorar aún más la cobertura de reservas y apoyar la transición a un nuevo régimen de ‘competencia monetaria’". 

Por último, resaltó que las políticas monetaria y cambiaria "evolucionarán para afianzar la desinflación y salvaguardar la acumulación de reservas". Además, puntualizó que para apoyar la transición hacia un nuevo régimen monetario, "el Banco Central garantizará que las tasas de política monetaria se muevan hacia territorio positivo en términos reales, mientras que la política cambiaria se volverá más flexible con la flexibilización de las medidas de gestión de los flujos de capital, según lo permitan las condiciones". 

La consideración de un exdirector del FMI sobre un nuevo acuerdo

En tanto, Werner señaló que el rango de los "recursos frescos en un nuevo acuerdo" podrían rondar entre los "USD 8.000 y USD 10.000 millones". "Yo creo que el Gobierno argentino debería pelear por eso", añadió. 

Según consideró el exfuncionario del FMI, la Argentina necesita "tres cosas" para poder llegar a otro pacto: "La primera es dinero fresco para poder llevar a cabo el retiro del cepo de una manera acelerada. El segundo punto es reperfilar los vencimientos de deuda anteriores. Y el tercero es tener un marco de política que tenga credibilidad en los mercados y que avale el gran trabajo que está haciendo el Gobierno, sobre todo en la parte fiscal". 

"El Fondo no quiere hacer un programa bajo un esquema de tipo de cambio flexible y que luego los recursos se usen para dolarizar. Si el país quiere dolarizar, entonces el diseño del programa tal vez tendría que ser otro", apuntó.