En un contexto de nerviosismo de mercado, Héctor Torres, el representante argentino que fue clave ante el organismo multilateral de crédito durante los períodos 2003-2008 y 2016-2017, criticó las lecturas económicas de la gestión de Mauricio Macri y aseguró que el acuerdo de junio fue muy malo.

A menos de un año del préstamo stand-by y a pocos días de la reunión con el Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional, el Gobierno solicitó un waiver (perdón) por no tener los datos fiscales de marzo.

En esta tercera revisión trimestral, un primer incumplimiento en el acuerdo firmado pone en riesgo la tranquilidad de la economía. Frente a la aprobación de un nuevo desembolso de US$10.800 millones para Argentina, en Hacienda aseguran que el procedimiento es una cuestión meramente técnica que tiene origen en la modificación de la fecha de la reunión del Board, que se atrasó dos semanas.

Desde la Rosada aclararon también que en la primera revisión había sucedido algo similar y que no está en riesgo el acuerdo. En eso coincide Torres, que fue representante del país en el FMI y que ahora trabaja en Suiza en el Centro de Innovación de Gobernanza Internacional.

Defiende el exdirector del FMI el waiver argentino y advierte sobre los riesgos de un triunfo de Cristina

En diálogo con Alejandro Bercovich en el programa Pasaron Cosas por Radio Con Vos, se refirió a la situación y aseguró que la medida no es algo fuera de lo común y que es muy probable que se apruebe el préstamo. 

Sin embargo, sí descalificó el acuerdo de junio y la reacción de renegociación de desembolsos que tuvo el Ejecutivo frente al cambio de la situación económica. “Es muy raro porque le decís al Fondo que queres un préstamo precautorio y en un mes y medio estás pidiendo que te lo aumenten y que te lo adelanten todo para el 2018 y 2019, eso es algo que yo nunca vi y que efectivamente llama mucho la atención”, apuntó. 

El especialista disparó contra la lectura monetaria que tienen tanto desde el organismo como desde el Gobierno, y afirmó que hubo un error al determinar que el supuesto subyacente era que el problema de la inflación estaba relacionado directamente con el balance del Banco Central.

“Creer que la falta de confianza en el peso se arregla mejorando el balance del BCRA y dedicarle US$25 mil millones, es decir, la mitad del acuerdo, y no renunciar al tema de las metas de inflación, me pareció que era realmente muy malo”, confirmó.

En la misma línea, criticó los modelos econométricos que utiliza el FMI, que generan recetas estandarizadas para problemas de diversos países, sin tener en cuenta las necesidades de cada una de las economías regionales. “Cuando yo me fui del Fondo, antes de irme, recomendé que contrataran a un antropólogo y se rieron”, reveló, a la vez que se refirió a la cultura de la dolarización en Argentina.

En enero el economista había valorado la relación entre Mauricio Macri y Donald Trump como fundamental para cerrar el segundo acuerdo. Y advirtió sobre los peligros que pueden surgir en caso de asumir un nuevo gobierno en 2019.

Manifestó que hay un riesgo latente de posibilidades de reestructurar la deuda, y que para evitarlo será necesario que el Gobierno cuente ya con nuevas fuentes de financiamiento adicionales al FMI para disminuir la incertidumbre creciente de los mercados.