La variación mensual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) registrado por el Instituto Nacional de Censos y Estadística (INDEC) en marzo fue del 6,7%: la inflación más alta de los últimos 20 años. Tras conocerse el dato, El Canciller conversó con el exministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, quien opinó: “La situación social no va a aguantar dos años más de 50 o 60% de inflación”.

Para el exfuncionario nacional, en este contexto no serviría el gradualismo. Asimismo, en el marco de una tensión persistente en la coalición de gobierno en donde referentes económicos y políticos del kirchnerismo lanzaron en los últimos días sus críticas al ministro Martín Guzmán por el programa económico encaminado, el diputado nacional por el Frente de Todos (FDT) planteó que “un plan antiinflacionario ordenaría a la política”.

- ¿Qué hay que hacer con un incremento de precios del 6,7% mensual?

Hay que hacer un plan antiinflacionario de manera rápida e integral y que por lo menos tenga tres partes. Una se está empezando a hacer, que tiene que ver con precios y desenganchar el precio interno de alimentos del internacional: es el fideocomiso de harina, el conjunto de alimentos con precios cuidados, algunos cortes de carnes. La segunda parte es el tema del crédito, las familias se endeudan porque no les alcanza la plata y, en términos prácticos, el panadero nunca puede acopiar harina. Yo presenté un proyecto en el Congreso de crédito no bancario a tasa del 3% anual para máquinas, herramientas e insumos. Acá también hay un tema clave que es lograr generar mecanismos donde el productor venda de manera directa y sea un precio de referencia en el lugar: otro proyecto que presenté busca que haya 400 pequeños mercados centrales.

- ¿Y la tercera?

La cuestión macroeconómica, fiscal y monetaria. En mi opinión, la situación social no va a aguantar dos años más de 50 o 60% de inflación. Necesitamos ir hacia un plan antiinflacionario coordinado.

- ¿El aumento de precios informado este jueves no abre la cancha para que el presidente anuncie medidas más drásticas?

Siempre está el debate de cuánto poder político hay que tener para encarar determinados programas. Yo creo que muchas veces es al revés: que un programa genera condiciones para organizar a la política. De tal manera, creo que sería importante ir hacia un esquema antiinflacionario, que yo creo que no puede ser gradual en este contexto, con este nivel de inflación. Si la Argentina tuviera un 10% anual, serviría el gradualismo, de bajar dos puntos por año. Pero esa no es la realidad.

- ¿Tiene que ser de shock?

No de lo que se entiende generalmente de shock como ajuste. Tiene que ser un conjunto de medidas que hay que tomarlas todas juntas y rápido.

- En los últimos días, el secretario de Comercio Interior Roberto Feletti se desligó de la aceleración actual y apuntó contra el ministro Guzmán. ¿Quién tiene la responsabilidad de bajarla en el Gobierno?

Hay que coordinar las políticas, y no puede ser gradual. No podemos estar con el pan a $300, la leche $130 y el kilo de asado a $1000. Hay un problema ahí. Quién coordina y de qué madera, tiene que ver con el modelo de gestión…

- Guzmán dijo que van a gestionar con quienes estén alineados con el programa económica. Y hay muchos que expresamente no lo están. ¿Eso que significa? ¿Qué pasa con quienes no estén alineados?

El verdadero quiebre hoy es entre la sociedad y la política, esa relación está quebrada. La sociedad siente que la política vive de una manera distinta y que sus debates no tienen que ver con la política cotidiana. Por eso insisto con que el plan antiinflacionario ordena.

- ¿La economía ordena a la política?

La política influye, claramente. Y está claro que hay visiones diferentes. Quedó plasmado eso en el voto por el acuerdo con el Fondo Monetario. No es la economía, sino la coordinación de variables la que ordena. Es un ida y vuelta, es cierto que se requiere a la política para ordenar pero, en este contexto, un plan antiinflacionario ordenaría a la política.