Luego de casi 10 meses, el mercado de alquileres comenzó a cambiar de tendencia. El DNU de Javier Milei que derogó la ley en diciembre de 2023 obligó a los inquilinos a revaluar sus opciones. Ahora, con más ofertas, se imponen nuevas maneras.

Sucede que todavía existen personas que alquilan con la vieja normativa. Son contratos de tres años, con un ajuste anual, basado en el Índice de Contratos de Locación (ICL). Sin embargo, ha comenzado un éxodo hacia las más recientes formas de contratación.

Lo que fomenta este cambio de actitud es la brecha de aumento entre el ICL y los modelos más recientes de regulación, estipulados en base al Índice de Precios al Consumidor (IPC). La diferencia es de un 35%, por lo que las familias e individuos han empezado a rescindir sus contratos para sumergirse en la nueva realidad.

TE PODRÍA INTERESAR: Derrumbe en Caballito: se desplomó el techo de un natatorio y una mujer resultó herida 

Si bien la actividad está desregulada, la mayoría de los acuerdos se firma con un precio de entrada más bajo, pero con ajustes trimestrales o cuatrimestrales. Con la inflación en baja, el valor calculado en ICL crece mucho más que el del IPC. 

En septiembre de 2023, el promedio para el alquiler de un departamento de dos ambientes en la Ciudad de Buenos Aires era $225.800. En el mismo mes de este año, con ICL el precio sería de $774.846, mientras que con IPC estaría en $697.722.

Solo en la Ciudad los alquileres crecieron 174,95% desde la entrada en vigencia del DNU. Esto se debe también a la diversificación de la oferta, que incluye a las aplicaciones del estilo de Airbnb, que empezó a modificar su modelo especialmente basado en turismo para acercarse a propuestas más rentables para los residentes en la capital del país.

Actualmente la mayor parte de la oferta porteña es de departamentos (95,72%). Belgrano, Recoleta, Puerto Madero, Caballito, Palermo y Barrio Norte son los barrios que pican en punta en el abanico de posibilidades para alquilar.