Si bien las negociaciones están encaminadas y la buena relación de Christine Lagarde con el presidente Mauricio Macri disipa dudas, el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, viaja este martes a Washington para cerrar el nuevo pacto con el FMI con el que Argentina prevé adelantar para 2019 los desembolsos correspondientes a 2020 y 2021 con el objetivo de no dejar dudas sobre su capacidad de cumplir su programa financiero en el año electoral. Unas horas antes de partir a otra misión de rescate, Dujovne dio una entrevista a Carlos Pagni. "Tuvimos metas muy ambiciosas en un país que no estaba listo", destacó.

Hasta este martes, estaba previsto que Luis Caputo, presidente del Banco Central, viajase con Dujovne para convencer al Fondo de adelantar los desembolsos. Sin embargo, el titular de la entidad monetaria argentina decidió quedarse en el país para controlar las fluctuaciones del dólar, que pese a los anuncios del Gobierno no cede y se mantiene en la franja de los $40.

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Sin chances de financiarse en los mercados de crédito, con el riesgo país por las nubes y ante una incertidumbre económica creciente, que el Fondo Monetario asegure los adelantos es un paso fundamental en la búsqueda del presidente Macri por recuperar algo de la confianza dilapidada en la corrida cambiaria, tanto para con los mercados como su electorado, el principal golpeado tras la devaluación.

Según explicó el funcionario, el nuevo acuerdo con el Fondo es para generar "total certidumbre” sobre el programa financiero de la Argentina del 2019. "Para eso hemos adoptado dos decisiones: bajar el tamaño del déficit, en donde decidimos llevar nuestro déficit al equilibrio, cosa que originalmente iba a ocurrir en 2020. De esa manera necesitamos menos financiamiento porque tenemos un déficit más pequeño”, puntualizó en diálogo con Pagni por LN+.

Debido la suba del dólar generará inflación y acentuará la crisis social en el país, el ministro consideró que, aún con las nuevas medidas adoptadas, "Argentina es muy competitiva”. En la misma línea, remarcó que el déficit externo bajará por el efecto de la devaluación.

"El tipo de cambio puede moverse para arriba o para abajo. En argentina los movimientos del tipo de cambio son tomados como alertas de que algo está mal, cuando en realidad muchas veces sirve para prevenir males mayores. Es cierto que los argentinos no estamos acostumbrados al tipo de cambio flotante”, concluyó.