Debido a la devaluación del peso contra el dólar, el costo de los biocombustibles y el comportamiento del petróleo a nivel global, el precio de la nafta y el gasoil aumentará 2% y 3%, respectivamente, a partir del próximo domingo.

De esta forma, el incremento proyectado podría traducirse en un alza de entre $20 y $30 por litro. A pesar de que este ajuste no es considerado excesivo por los especialistas, su efecto en el bolsillo de los consumidores podría variar notablemente, según la zona del país. El impacto de esta suba se reflejará en los índices de precios al consumidor de diciembre, tanto el nacional como el porteño. 

Mientras tanto, en las próximas horas el Gobierno debe definir si aplica -y de qué manera- una nueva actualización de impuestos al combustible líquido (ICL) y al dióxido de carbono (IDC).

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El consumo de combustibles cayó 8,8% interanual en octubre, por lo que las ventas de naftas y gasoil de mayor calidad disminuyeron casi 20% en ese período, según precisaron desde la secretaría de Energía. De todos modos, la medición intermensual arrojó que el sector creció 7,57% en todo el país.

En caso de que YPF aplique un alza de 3% sobre los precios vigentes, el litro de nafta súper y premium pasarán a costar $1109,31 y $1371,96, respectivamente. Hasta noviembre, los precios del litro de nafta y gasoil acumulan un alza de 94,75% promedio.

A principios de noviembre, YPF aplicó un alza del 2,75% en los combustibles que venden en sus estaciones de servicio. Los incrementos compensaron los efectos de devaluación del peso en octubre y la actualización de los impuestos ICL y al IDC.

Aunque se esperaba que el aumento fuera cercano al 4%, finalmente no se trasladó el impacto del precio del barril de petróleo crudo internacional a surtidores, dado que en la última semana de octubre el valor cotizó a USD 71.