Con dos horas de demora, el ministro de Economía, Luis Caputo, dio a conocer este martes un paquete de urgencia compuesto por diez medidas, después de trazar un duro diagnóstico sobre la situación económica del país, en coincidencia con el discurso que Javier Milei ofreció el domingo pasado en la escalinata del Congreso, después de asumir el mando. “Vamos a estar durante unos meses peor que antes, particularmente en términos de inflación. Y lo digo así porque, como señala el Presidente, es preferible decir una verdad incómoda que una mentira confortable", afirmó.

El titular del Palacio de Hacienda sintetizó que Argentina está “frente a la peor herencia de su historia". “Si seguimos así, vamos inevitablemente camino a una hiperinflación”, aseguró Caputo, quien reiteró que el Índice de Precios al Consumidor ”navega en torno al 300% anual".

"Quiero ser claro ahora con los argentinos acerca de cómo van a ser los próximos meses. Además de la herencia que les he comunicado, estamos heredando lo que llamamos una inflación reprimida, que ya se está destapando. Y que es consecuencia del rezago de la política monetaria ultra expansiva, como expliqué antes, de estos últimos cuatro años, y de los controles de precios que a la larga nunca funcionan”, matizó.

TE PODRÍA INTERESAR: Silvestre Sívori será el nuevo titular de la Agencia Federal de Inteligencia

“Nuestra misión es evitar esta catástrofe”, definió el Ministro antes de explicar que “la génesis” del problema del país “es fiscal”. 

“La respuesta nuestra a estos problemas siempre ha sido atacar las consecuencias, pero nunca el problema. De los últimos 123 años, Argentina tuvo déficit fiscal en 113. ¿Qué significa esto? Que se gasta más de lo que se recauda. Entonces, siempre se ha optado por financiar ese déficit con deuda, pidiéndole dinero al FMI o a otros organismos de crédito, o emitiendo, lo que se traduce en inflación", detalló.

Como país siempre hemos sido adictos al déficit fiscal. Y esa es la razón por la cual nuestras crisis se repiten”, indicó Caputo. “Nosotros venimos a solucionar ese problema de raíz”, destacó antes de considerar que “ésta es una oportunidad histórica, porque Milei ha hecho que la gente entendiera durante la campaña cuál es el problema: que no hay plata”.

Después de explayarse sobre este diagnóstico, Caputo enumeró las diez medidas de urgencia económica que elaboró junto a su equipo.

En primer término, mencionó que no se renovarán los contratos laborales del Estado que tengan menos de un año de vigencia. “Esta ha sido una practica habitual en la política, la de incorporar miles de familiares y amigos antes de un cambio de Gobierno para mantener sus privilegios”, señaló.

Al anunciar la suspensión de la pauta del Gobierno nacional por un año, detalló que, durante el 2023, entre “Presidencia y los ministerios se gastaron $34.000 millones". “No hay plata para gastos que no sean estrictamente necesarios y mucho menos para sostener con plata de los contribuyentes medios que se crean sólo para alabar las virtudes de las administraciones de turno”, afirmó.

Sobre la reducción del número de ministerios y de secretarías, de 18 a 9 y de 106 a 54, respectivamente, dijo que esta medida "va a redundar en una baja de más del 50% de los cargos jerárquicos de la función pública y del 34% de los cargos políticos totales del Estado nacional".

Respecto a la cuarta medida, la reducción al mínimo de las transferencias discrecionales del Estado nacional a las provincias, consideró que “lamentablemente en la historia reciente (esos fondos) se han usado como moneda de cambio para intercambiar favores políticos”. 

Caputo mencionó además que el Estado nacional no va a licitar más obra pública nueva y va a cancelar las licitaciones aprobadas cuyo desarrollo no haya comenzado. “Como dije antes, no hay plata para pagar más obra pública, que como todos sabemos, muchas veces termina en los bolsillos de los políticos y los empresarios”, aseguró. 

La obra pública ha sido siempre uno de los principales focos de corrupción del Estado, y con nosotros eso se termina. Las obras de infraestructura en la Argentina serán realizadas por el sector privado, ya que el Estado, como dije, no tiene ya plata ni financiamiento para llevarlas a cabo”, añadió.

Tras anunciar la reducción de subsidios a la energía y al transporte, el Ministro dijo que el Estado ha utilizado siempre esta estrategia “artificial" para “engañar a la gente haciéndole creer que le pone plata en el bolsillo”.

“Pero como todo, los argentinos ya se habrán dado cuenta: estos subsidios no son gratis, sino que se pagan con inflación. Lo que te regalan en el precio del boleto te lo cobran con los aumentos en el supermercado. Y con la inflación esta, son los pobres, finalmente, los que terminan financiando a los ricos. Adicionalmente, los subsidios al transporte en el AMBA son un acto de profunda discriminación con las provincias del interior. Vamos a terminar con esta discriminación al interior”, remarcó.

“Vamos a fortalecer las políticas sociales que son recibidas directamente por quienes la necesitan, sin intermediarios, como la Asignación Universal por Hijo y la Tarjeta Alimentar”, destacó al precisar que se establecerán aumentos del 100% y del 50%, respectivamente, en ambos programas. “El Presidente nos ha pedido que focalicemos en quienes más puedan sufrir esta situación de emergencia”, aseveró.

También, al anunciar el “sinceramiento” del tipo de cambio oficial, que pasará a $800, comentó que esta medida “va a estar acompañado por un aumento provisorio del impuesto PAIS a las importaciones y a las retenciones de las exportaciones no agropecuarias”. "De esta manera, beneficiamos a los exportadores con un mejor precio, y equiparamos la carga fiscal para todos los sectores, dejando de discriminar al sector agropecuario. Finalizada esta emergencia, vamos a avanzar en la eliminación de todos los derechos de exportación que son un gravamen perverso, que claramente no nos gusta, y que entorpece el desarrollo argentino”, puntualizó.

Asimismo, anunció el reemplazo del sistema de importaciones SIRA por “otro estadístico y de información que no requerirá de la aprobación previa de licencias”. “Se termina así la discrecionalidad y se garantiza la transparencia del proceso de aprobación de las importaciones. Es decir, el que quiera importar, podrá hacerlo y punto”, cerró.

“De algo podemos estar seguros: este es el camino correcto. Y si seguimos por el otro camino, inevitablemente vamos a ir a un escenario de mucha mayor pobreza, de mucha mayor inflación y de mucho mayor sufrimiento. Si hacemos los deberes, volveremos a ser un gran país”, concluyó.