Las mujeres, protagonistas de la sindicalización de la industria textil de Bangladesh
Bangladesh es el segundo mayor exportador de productos textiles a nivel mundial. Cuenta con más de 4000 fábricas en funcionamiento que les dan trabajo a unas cuatro millones de personas en el país, de las cuales el 80% son mujeres.
Es vox populi que las malas condiciones laborales y los sueldos irrisorios han sido problemas recurrentes de la industria, motivo de producción de documentales como “The true cost” y de libros como “Moda, industria y derechos laborales” que trabajan esta problemática y lo que representa: el costado clandestino de un sector que vende y se regodea con la producción de ropa bella y barata manteniendo en las sombras el verdadero costo de los productos que compramos en las tiendas.
En 2013 ocurrió uno de los peores accidentes en la historia de los talleres textiles cuando 1100 personas murieron al venirse abajo el complejo Rana Plaza, en el distrito de Daca, lo que fue uno de los puntapiés para que las mujeres bengalíes se organicen de manera sindicada y comiencen a reclamar por mejores condiciones laborales y salarios.
Imagen del documental The True Cost
Ayesha Ajter es la presidenta de 28 años del sindicato de trabajadores de Jean Factory Limited, elegida por sus compañeros el año pasado. Es una más de muchas mujeres del país que se están enfrentando a los sindicatos más poderosos y que están negociando con los gerentes de sus fábricas para mejorar sus condiciones.
Fuente: Trabajadora Siemens
El antecedente más notable de este país se encarna en la figura de Nazma Akter, una trabajadora textil de 43 años que comenzó a desempeñarse como costurera a los 11 años, trabajando en aquel entonces más de 70 horas semanales, y que años más tarde fundó el sindicato AWAJ. Hoy lidera la Federación de Sommilito, una organización que brinda apoyo a sindicatos, ayuda a la organización de los trabajadores y le proporciona acceso a la educación, contando con más de 70.000 asociados. Akter es una ferviente creyente del rol empoderante de las fábricas textiles para que las mujeres visibilicen sus problemáticas y las desigualdades de las que son víctimas. Claro que deben enfrentarse, no solo a los gerentes y líderes de sindicatos que ven afectadas sus ganancias, sino también a sus propios maridos. En una sociedad tan conservadora y represiva con el rol social de las mujeres, una líder sindical es vista con sospecha incluso dentro del hogar.
Fuente Fashion Revolution
Detrás de la etiqueta ‘Made in Bangladesh’ se esconden las mayores condiciones de explotación para las mujeres de la industria textil en la región asiática. Según un informe de Microfinance Opportunities, trabajan cerca de 60 horas semanales y ganan 0,95 dólares la hora. Los resultados de la organización ya se están haciendo visibles. Este año, la Federación de Sommilito firmó por primera vez un convenio colectivo por dos años con una empresa textil que incluye un aumento salarial anual de un 7%, bonificaciones por días festivos, regulaciones del tiempo libre, permiso de maternidad y atención médica. Además, se establece el descuento automático de las cuotas sindicales, lo cual ayuda a asegurar la sostenibilidad financiera del sindicato, y tiempo libre para participar en las actividades del gremio.
Fuente: Fashion Revolution
La organización sindical ha derivado en una participación masiva de las trabajadoras en las marchas internacionales del 8 de marzo de este año, logrando un nuevo golpe de efecto y un avance real en sus condiciones laborales de la mano de la lucha política. Un gesto que representa mucho más que la ocupación del espacio público y la visibilización de sus problemas laborales. Es un grito a los cuatro vientos que afirma “ya no tenemos miedo”.
Sindicato de Bangladesh firma convenio colectivo. Fuente: Industrial Union