Elisa Carrió se convirtió en la principal protagonista del tema que marca la agenda política de esta semana: los tarifazos. Lilita no escondió su enojo por los aumentos y hasta le pidió públicamente informes al jefe de Gabinete Marcos Peña, un gesto que no cayó para nada bien en la Casa Rosada.

Sin embargo, la diputada, que intenta alejarse del impacto y el descontento social que podrían generar las subas, abrió el paraguas antes de tiempo e hizo conocer su postura. Pero claro: ella también debió pagar su costo político. En Cambiemos cada vez la quieren más lejos e incluso estudian quitarle cada vez más protagonismo.

Hoy, de todas formas, la intención de Macri es tenerla bien cerca para evitar que suba el nivel de confrontación. Pero Lilita envía pocas señales de amistad, endurece su posición en las redes sociales, alimenta el fuego amigo y será una ausente con aviso al encuentro de bloque macrista en Diputados.

Habrá integrantes del radicalismo y otros enviados del riñón de Carrió como el diputado Juan Manuel López. Según pudo saber elCanciller.com, su faltazo se debe a que al encuentro acudirán los jefes de los bloques parlamentarios.

Desde afuera de la coyuntura política, el Círculo Rojo expresó en los últimos días su preocupación por el rol y el espacio preponderante que está teniendo Carrió en el oficialismo. Carlos Pagni alarmó por el riesgo del fuego amigo y vislumbró a un Macri en soledad, mientras que Van Der Kooy fue mucho más duro y la tildó como una "doble agente” en el Gobierno.

Lo cierto es que Lilita es un actor central en el conflicto por las tarifas y una figura necesaria en la Casa Rosada para intentar detener la ola de críticas y el malestar por las subas en lo servicios de luz, agua y gas.

¿Equilibrará Carrió sus cuestionamientos o irá a fondo? ¿Cuál será la próxima jugada estratégica de Lilita?

El descargo de Carrió