Hygge, el concepto nórdico de la gente más feliz
Bajo el concepto nórdico Hygge, las blogueras de moda escandinavas agrupan todos los mensajes de onda y estilo que genera envidia en el resto del mundo. En el origen de los tiempos las más copiadas fueron las parisinas, con representantes como Jane Birkin y Francoise Hardy. Después les llegó el turno a las newyorkinas, con su estilo de vida ultracapitalista y la idea de glamour asociada al éxito. Ahora el ojo fashionista se posó sobre las escandinavas, jóvenes danesas, noruegas y suecas, con el carácter fortalecido por los embates climáticos y un estilo basado en la idea del Hygge, un concepto que se podría traducir como "lo acogedor", y que va de la mano del confort y la calidez, más que con el glamour americano o el effortless parisino. Lo curioso de este concepto es que no es una idea que surja en relación a la moda, sino que explica, aparentemente, el secreto de la felicidad de los habitantes del polo norte.
Como esas palabras alemanas que tienen cincuenta letras de extensión y explican los estados de ánimo más sofisticados y difíciles de definir, se podría decir que Hygge es sentarse frente a una chimenea en una noche de invierno, tapado con una manta abrigada mientras tomas un café caliente y acaricias el lomo de tu perro. Este ejemplo es un engaño, porque es muy fácil ser feliz en un escenario semejante, pero lo que representa es una actitud ante la vida.
Estilo Hygge según la blogger Marianne Theodorsen.
¿Cómo se transmite ese concepto en la moda? Las bloggers nórdicas más famosas, como Pernille Taebask, Marianne Theodorsen, Karo Dall o Maren Schia, rinden culto a la cultura de sus países, y adoptan la ideología Hygge en sus estilos personales. Esto ocurre porque el término se popularizó entre los millennials, una generación que se caracteriza por buscar experiencias más allá de lo material.
La idea es que el atuendo sea cómodo y reconfortante, bastante cerca de lo que conocemos como “normcore”: lejos de las pretensiones, cerca del confort. Sweaters abrigados de lana merino o cashmere, pantimedias, tapados y maxibufandas, son la base del guardarropa nórdico. No suelen usar zapatos de taco o sandalias, sino zapatillas, borceguíes o mocasines. Equilibran el clima hostil con colores vibrantes y pasteles combinados con neutros y clásicos. En sus fotos de Instagram nunca falta una buena taza de café con leche.
Fuente Sant Magazine.
¿Las marcas representativas? Esta “calidad de vida” no se logra sin la ayuda del mercado. Las firmas nórdicas que mejor reflejan el Hygge ya son mundialmente conocidas y han desembarcado en Europa y Estados Unidos hace rato. Ganni, nacida en 2010, es una de las más famosas gracias a las redes sociales y a embajadoras como Alexa Chung, Veronika Heilbrunner o Kendall Jenner.
Saks Potts propone colores saturados y una estética ligada al arte. Sus abrigos peludos y sintéticos son fácilmente reconocibles, y hacen gala del espíritu lúdico de una marca que ha logrado traspasar hace rato las fronteras de Copenhague.
Pernille Taebask y Alexandra Karl.
Otra marca mundialmente famosa es Acne Studios, creada a principios de 2010. En aquel momento, todo el mundo enloqueció con los pantalones de jean y las botinetas en punta y hoy podemos afirmar que es una marca de culto más allá de Suecia, su madre patria. Representa la modernidad y el lujo minimalista, y su visión unisex de la moda resulta más contemporánea que nunca.
Desde el año 2010, un estudio realizado por la ONU ha concluido que Dinamarca es el país con la gente más feliz del mundo, aunque vale aclarar que de ese primer puesto se ha encargado el Estado de Bienestar y sus políticas sociales: jornadas laborales de 35 horas semanales, los salarios más altos de Europa, buenas licencias por maternidad y paternidad, bajos niveles de desigualdad de género y excelentes servicios públicos, una lista de ítems que por nuestras latitudes definiríamos como “calidad de vida”. No hay que dejar de lado que contrarrestan estos puntos a favor con uno de los peores climas del mundo, pero lo han sabido equilibrar convirtiendo su estilo de vida en un verdadero templo de bienestar.