Gosha Rubchinsky: la firma de moda rusa que explota en las calles
Mientras el Mundial de Rusia 2018 siga aconteciendo, las curiosidades que provengan del territorio ruso nos seguirán interpelando. En materia de moda, una de las más interesantes es la coincidencia de este evento deportivo con el resurgimiento del diseño caucásico. Las tendencias asociadas a la Unión Soviética están siendo reapropiadas por las pasarelas rusas, especialmente por un diseñador que ha franqueado las fronteras del país de Vladimir Putin para instalarse como uno de los nuevos niños mimados de la industria fashionista.
Se trata de Gosha Rubchinsky, un fotógrafo moscovita de 34 años devenido en diseñador de moda, que ha sabido entender como nadie a la generación Z, la que más consume moda en la actualidad, creando colecciones que combinan la cultura skater, la estética futbolera y el revival de las rave parties de los '90 en Moscú.
Para entender por qué la Rusia futbolera y la moda están en un momento de romance vital, vale un solo dato: el debut de Rubchinsky como diseñador se dio en un estadio de fútbol, que funcionó a modo de pasarela, y desde aquel momento sus creaciones siempre estuvieron vinculadas al universo deportivo.
El día de la inauguración del Mundial se puso a la venta la colección cápsula que diseñó junto a Adidas, compuesta por diferentes uniformes de fútbol de cada una de las ciudades en donde se juega la copa del mundo. Estos conjuntos incluyen una camiseta de fútbol de inspiración vintage, botines y una pelota negra impresa en idioma cirílico.
La consolidación de Rubchinsky se dio el verano pasado cuando lanzó una colaboración junto a la firma de lujo Burberry que le valió no pocas críticas. En primer lugar, porque se jacta de representar a las clases populares, lo que se contradice con su asociación con la firma inglesa. ¿Su justificación? Coquetear con el lujo y apropiarse de la estética “cheta” para resignificarla.
La colección remite a los primeros barrabaravas ingleses, que para ocultarse de la policía utilizaban ropa lujosa y cara (los trench Burberry estaban dentro de sus favoritos), y la combinaban con joggings y zapatillas, creando una tendencia absolutamente nueva que los lanzó a la fama como los casuals.
Las colecciones del ruso suelen estar compuestas por los ítems básicos del estilo post-soviético: pantalones de algodón, chombas, sombreros piluso. Según ha confesado, es la ropa que usan sus amigos amantes del fútbol para ir a la cancha y que le vale de inspiración constante a la hora de diseñar.
Desde sus comienzos, Rubchinskiy ha estado apegado a la polémica. Cuando presentó su colección de otoño invierno 2016 en Italia, eligió como pasarela un antiguo edificio de Mussolini porque, según sus palabras, la estética fascista hacía que se sintiera cómodo.
Sus diseños se edifican sobre el underground y sobre cierta nostalgia por la Unión Soviética. El segmento al que dedica su ropa son los polémicos “gopniks”, una tribu urbana rusa similar a los “canis” en España o los “turros” en Argentina, que se caracterizan por hacer desmanes en la calle y emborracharse con vodka. Otra de sus características es la postura corporal de estar agachados en grupo y suelen usar ropa de Adidas, la cual se popularizó gracias a los Juegos Olímpicos de Moscú 1980.
El joven diseñador ruso viene a cuestionar la idea de que la moda que tiene más impacto en el mundo es que la que venden los influencers, y que se consume como un aspiracional de vida. La ropa que surge de la calle y cuenta la historia de un país hoy es un atractivo inexplicable para los jóvenes rusos, que se ven más tentados con la ropa de Rusbchinsky que con las fantabulosas y carísimas prendas que venden los prototipos de éxito.