Luego de la derrota en las PASO del 11 de agosto, Juntos por el Cambio tuvo que delinear una nueva planificación de cara a las generales del 27 de octubre. Algunos pensarán que el objetivo final es dar vuelta la elección, sin embargo, el abultado margen y el catastrófico desarrollo de la semana pos elecciones dieron por tierra cualquier intento de remontada épica.

La campaña electoral del oficialismo no está dirigida a recuperar votos para remontar el resultado adverso; la finalidad es no perder esos votos que se consiguieron en octubre. Para llevarlo al plano futbolero, que tanto la gusta al Presidente, es usual que un equipo que va perdiendo por varios goles, en lugar de salir a atacar para lograr descontar, se meta aún más atrás para evitar recibir más tantos en contra.

¿Cómo se lleva a cabo?

El discurso de campaña está dirigido al núcleo duro de votantes del macrismo. Es así que la campaña se recuesta sobre las figuras duras del oficialismo como Elisa Carrió y el candidato a vicepresidente. La retórica anti inmigrantes, la mano dura, el fantasma de Venezuela y el rancio anticomunismo de Miguel Ángel Pichetto son parte de la proclama cambiemita para reforzar su base electoral netamente antikirchnerista y antiperonista.

El discurso de campaña está dirigido directamente la núcleo duro de votantes del macrismo.

En este punto, cabe destacar que Alberto tiene que ser consciente que existe una minoría intensa (ahora oficialista y con un mañana opositor) que posiblemente esté en desacuerdo con su dirección política, y el futuro presidente deberá contener a ese sector que tratará de visibilizarse de alguna forma. ¿Volverán las marchas al estilo 8N?

Por otro lado, a mediano plazo, el macrismo busca que al mantener su techo electoral se consiga una buena cantidad de legisladores nacionales que le permitirán, en el futuro inmediato, ser una oposición fuerte a Alberto Fernández. Seguramente los creadores de la oposición responsable a partir de diciembre serán quienes se opondrán a todas y cada una de las iniciativas del Ejecutivo Nacional. Las vueltas de la vida.

Pensando a futuro la estrategia está pensada en el legado de Macri, en cómo será recordado el Presidente. Siempre se dice que el tiempo cura las heridas. Varios políticos de nuestra historia, con el paso del tiempo y con un poco de lobby mediático a su favor, han logrado revertir su mala imagen. Macri espera ser recordado como el Presidente que hizo lo que tenía que hacer, pero que, producto de la herencia que recibió, las “tormentas” internacionales y una oposición que no lo dejó hacer, el plan se vio truncado.

Macri espera ser recordado como el Presidente que hizo lo que tenía que hacer.

Las plazas del “Sí se puede” son las que operan para pensar a futuro. El Presidente se quiere mostrar popular y querido por la gente en su despedida, aunque la realidad marque que el total del país lo repudió en las urnas y su imagen es muy negativa.

En su gira despedida y sin localidades agotadas, Macri necesitará 30 plazas semi vacías para tratar de ser recordado como el estadista que no pudo. Las comparaciones son odiosas, pero si de plazas hablamos, Cristina Kirchner se retiró en una sola plaza, rodeada de miles de argentinos que se acercaron para despedirla. Porque como se suele decir, el pueblo no olvida a quien no lo traiciona. A Macri le tocará el olvido.