Alberto y el operativo Córdoba
Alberto Fernández viajó a la provincia de Córdoba para buscar votos muy valiosos de cara a las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias del próximo 11 de agosto. La crisis abre la oportunidad de recuperar al siempre esquivo electorado cordobés.
En el balotaje disputado entre Daniel Scioli y Mauricio Macri en las elecciones presidenciales de 2015, el candidato de Cambiemos obtuvo un triunfo abrumador en la provincia de Córdoba que ratificó, una vez más, la condición de bastión antikirchnerista en el país. El famoso 70/30, como la medida para un buen fernet, le dio al entonces Jefe de Gobierno una ventaja clave para acceder a la Casa Rosada.
Tal es así la buena onda de Macri con los cordobeses que fue de las provincias más visitadas por el presidente durante toda su gestión. A su vez, la alianza estratégica con el gobernador Juan Schiaretti fue vital para el avance de ciertas políticas públicas impulsadas por el gobierno nacional. En 2017, en las elecciones legislativas de medio término, Cambiemos arrasó con 48% de los votos contra el 30% del peronismo local y el escaso 10% del kirchnerismo. El presidente ya se sentía un cordobés más.
A partir de esos resultados, Cambiemos se convirtió en un serio contendiente para quedarse con la gobernación de Córdoba en 2019. Sin embargo, pasaron cosas: envalentonado por la victoria del oficialismo en 2017 a nivel nacional, incluyendo provincias claves como Entre Ríos, Neuquén, Salta, Buenos Aires y la propia Córdoba, Macri comenzó a acelerar su plan económico que dio pésimos resultados: inflación, caída del salario y de las jubilaciones, desplome de la actividad económica, desempleo, suspensiones y cierre de pymes y empresas.
Un año y medio después, la imagen de Macri se desplomó en todo el país y, aunque en Córdoba la caída no fue tan marcada, el rendimiento electoral del candidato del oficialismo, Mario Negri, fue bastante flojo y perdió por paliza el pasado 12 de mayo en las elecciones a gobernador.
En este marco, Alberto Fernández visita una Córdoba muy afectada por la crisis pero que, como marcan los resultados electorales, tiene un gran rechazo al kirchnerismo. El candidato del Frente de Todos necesita ganar votos en la provincia y por eso fue acompañado por Sergio Massa, figura no K y que supo tener una gran relación con el cordobés José Manuel De la Sota. El protagonismo del tigrense se hace cada vez más necesario en una campaña que tiene a Alberto remando y remando contra toda la maquinaria oficialista.
En paralelo, Juan Schiaretti, que obtuvo un rotundo triunfo en su reelección como gobernador, hace su juego: la decisión de ir con “boleta corta”, es decir que sus listas irán sin un candidato a Presidente de la Nación y solo tendrán papeletas para los cargos de diputados y senadores nacionales, deja a sus electores con la libertad de elegir a cualquiera de los candidatos presidenciales, no se la juega por nadie. Sin embargo, el Gringo se reunió con Alberto Fernández previo a las PASO y, por ahora, Macri no obtuvo su foto. Para tener en cuenta.
Alberto Fernández tiene el gran desafío de entablar un canal de diálogo con el electorado cordobés, y así, recuperar gran parte del terreno copado por el macrismo. Obviamente que no es tarea sencilla porque fueron muchos años de descuido por parte del kirchnerismo hacia la provincia y, en este punto, es central la capacidad de autocrítica que tenga el espacio político.
La crisis económica abre una oportunidad muy valiosa para que el frente opositor conquiste a los cordobeses desencantados con Macri que esperan una mejor opción para el futuro.
El operativo Córdoba está en marcha y de su éxito dependerá una parte muy sustancial del resultado electoral. O como muchos esperan: Córdoba puso a Macri en la Casa Rosada, que Córdoba lo envíe de regreso a la casa.