Una empresa fantasma beneficiada y tiempos irrisorios para presentar ofertas: la insólita licitación de Superliga
El organismo que comanda Mariano Elizondo respondió este miércoles, a medias, luego de denuncias por falta de transparencia.
Mientras los dirigentes de los clubes oficializaron el lobby para que el fútbol de Primera División vuelva a manos de la AFA, la Superliga afronta otro frente de conflicto que involucra millones y tiene en vilo a varias empresas multinacionales. Se trata de la nueva licitación por los derechos audiovisuales para transmitir el torneo en el exterior. ESPN y Mediapro pusieron el grito en el cielo al denunciar irregularidades que van desde beneficios a una compañía fantasma hasta inconsistencias en los plazos estipulados para presentar las ofertas.
La novela comenzó en los últimos meses de 2019, cuando la entidad que preside Mariano Elizondo decidió no renovar el contrato con Torneos y llamó a una nueva compulsa. La productora había presentado una oferta de U$S 8 millones para prolongar el vínculo, pero desde las oficinas de Puerto Madero la consideraron insuficiente. Fue así que el 18 de diciembre del año pasado emitieron el pliego de bases y condiciones, por el que se interesaron siete empresas oferentes, que pagaron U$S 5.000 dólares para participar en la subasta: IMG, Gol TV, Trisa, ESPN, Mediapro, la propia Torneos y Argentina Sports Rights Management LLC, una compañía absolutamente desconocida en el mercado que generó suspicacias desde el principio.
¿Quiénes conforman esa sociedad? Las empresas Fanatiz.com y 1190 Sport, lideradas por David Belmar, Matías Rivera, Raúl Rivera y Hernán Donari (ex vicepresidente de FOX Latam, despedido hace cuatro meses y amigo de Alejandro Burzaco, condenado a prisión por el escándalo del FIFAGate). Los cuestionamientos de las multinacionales surgieron con el mismo pliego, en el que Superliga redactó ventajas puntuales para esta compañía novata. Según indica el documento en su página 10, el grupo tendrá la posibilidad de igualar una oferta 20% superior y, además, en caso de perder la licitación, deberá ser resarcido con U$S 500.000 una vez resuelta. Se estableció el 20 de enero como fecha límite para presentar las ofertas.
El 19 de enero, un día antes de que venciera el plazo para formalizar las propuestas técnicas y económicas, ESPN envió una carta contundente a las oficinas de Puerto Madero, en la que manifestó su “absoluta disconformidad” con el proceso abierto. En el reclamo, además de referirse a las ventajas para la empresa mencionada, cuestionaron los exiguos tiempos otorgados para enseñar las ofertas.
“Es lamentable que pese a la solicitud de ESPN -y de otros interesados- de brindar más tiempo para la presentación de las ofertas para la licitación, ustedes hayan rechazado dicho pedido. La inversión y el trabajo analítico que demanda semejante proceso no puede sino llevar a pensar que esta licitación está pensada para alguien que ya tiene esta plataforma preparada”, se quejaron, en clara alusión a la sociedad que integra Donari. Para cerrar, pidieron un nuevo llamado a la subasta que “garantice transparencia a todos los oferentes y a su vez contemple un plazo de por lo menos 60 días”.
Superliga respondió, a través de un comunicado. Extendió el plazo para entregar las propuestas hasta el lunes 3 de febrero y negó las acusaciones sobre una presunta ventaja para la ignota sociedad, asegurando que la licitación está “absolutamente ajustada a derecho”. Pero el viernes 24 de enero llegó otra misiva al despacho de Elizondo. Esta vez, de la española Mediapro, que criticó las “insólitas e inequitativas ventajas otorgadas por la SAF a la empresa iniciante” e indicó que la extensión de tiempo para presentar las ofertas “resulta totalmente insuficiente para poder estudiar y preparar una propuesta técnica y económicamente viable”. En la tajante carta, la multinacional remató considerando al proceso “definitivamente viciado e ilegítimo a todas las luces”.
Según indicaron fuentes inmersas en la licitación a El Canciller, Superliga podía, además, cambiar los términos del contrato inicial, entregarle los derechos no a quien hiciera la mejor oferta -sino también evaluar cuestiones cualitativas- y les imponía que, luego de ingresar a la subasta, las empresas debían aceptar las reglas y renunciar a cualquier reclamo.
En este contexto, este miércoles la entidad que rige la Primera División convocó a una reunión de Comité Ejecutivo en el que los derechos internacionales de la TV fue el tema central. Allí, de acuerdo a la información recopilada por este medio, Superliga decidió extender nuevamente el plazo para la presentación de ofertas. Esta vez, a 60 días, como solicitó ESPN. Además, fijaron en U$S 8,5 millones el precio base de la subasta.
La palabra de los empresarios
Consultado por las nuevas disposiciones extraoficiales, un máximo directivo de una de las seis empresas involucradas en la compulsa junto a la sociedad de Donari especificó que “no tiene ninguna comunicación oficial, sólo trascendidos”. “Hasta que no vea un papel, no sabré nada”, afirmó, y graficó la situación: “Nosotros desistimos de presentar una propuesta por cómo estaban dadas las cosas. Participamos de todos los procesos licitatorios y nos sentimos cómodos cuando hay un proceso transparente. En este caso no había nada claro, era como empezar 4 a 0 abajo”.
Otro ejecutivo al tanto de las negociaciones, que también pidió mantener el anonimato, se refirió a la inseguridad que le genera la disputa que, por lo bajo, libraron AFA y Superliga por numerosas cuestiones. “Supongamos que firmamos ahora un contrato con Superliga y en unos meses la organización cambia, ¿cómo hacemos?”, se preguntó. Respecto a los beneficios que se le otorgaron en el pliego a Argentina Sports Rights Management LLC, consideró que “si la Superliga tiene un compromiso previo adquirido, que lo puede tener, es un problema de ellos, nosotros pedimos que no nos lo trasladen”.
Desde las multinacionales objetan que en el pliego no había información de partidos, horarios, satélites ni costos técnicos. Por el momento, la incertidumbre sobre el devenir de la compulsa es total. “Dependiendo de las condiciones comerciales que nos convengan, volveremos a estar interesados en hacer una oferta”, cerró uno de los empresarios.