Cuando se constituye una empresa que es propiedad de varios socios, es lógico pensar que la misma se formó con la participación y trabajo mancomunado de todos. Sin embargo, la imposibilidad de alguno de seguir al frente (sea por enfermedad o, en el caso más extremo, por fallecimiento) puede contraer problemas legales y financieros para la propia empresa, sus socios y herederos.

Algunos de los conflictos que pueden surgir son, por ejemplo, que los herederos del socio fallecido estén dispuestos a vender, pero busquen obtener un capital inmediato. O que la valoración de la parte perteneciente al socio fallecido derive en un proceso judicial. También podría suceder que quieran tomar posesión de la participación y contar con un rol decisor, pero sin capacidad para hacerlo.

La mejor solución para evitar este tipo de problemas es adquirir, previamente, un seguro societario: se contrata una póliza para cada socio por el valor de su participación accionaria en la sociedad, donde queda establecido, además, que se obligan a comprar la parte del socio fallecido a sus herederos legales.

También permite fijar el valor de la sociedad para garantizar que el precio a pagar luego sea justo, y que la familia del fallecido quede protegida al recibir el dinero que le corresponde, libre de impuestos.

¿Cómo funcionan y cómo se instrumentan?

  • Junto con la póliza se debe registrar la operatoria a nivel estatutario y ante escribano público, garantizando así la validez legal.
  • La prima de las pólizas se paga a una cuenta de la empresa, por lo que se podrán deducir los gastos de la declaración jurada de ganancias.
  • Para la empresa este seguro representa una garantía de continuidad.
  • Para la familia y/o herederos, la oportunidad de recibir un valor justo por su participación al momento de su sucesión.
  • Para los socios que permanecen en la sociedad, una forma de incrementar su patrimonio y continuar con el negocio, evitando posibles conflictos.

Consejos y recomendaciones

  • Evaluar costo/beneficio: analizar las coberturas, sumas aseguradas y costo del seguro.
  • Definir el presupuesto de la empresa, quién se hará cargo del costo total.
  • Revisar opciones: considerar la trayectoria y presencia de la Compañía de Seguros a nivel local e internacional.
  • Buscar asesoría: un productor de seguros especializado en la materia es la mejor opción.

Martín Zoanni es especialista en Finanzas Personales. 

mzoanni@elcanciller.com

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