El juez civil Sebastián Font salió sorteado como nuevo magistrado de la causa que investiga irregularidades en los padrones que motivaron la suspensión de las elecciones en Boca, previstas para el pasado domingo 3 de diciembre. 

El nuevo sorteo fue necesario luego de que la magistrada Analía Romero se excusó tras ser designada, al alegar que es socia del club, lo cual podría poner en duda su imparcialidad.

"Ostento el carácter de socia del Club Atlético Boca Juniors", dijo la jueza al apartarse de la causa, y concluyó en el fallo al respecto: "Considero prudente excusarme de entender en el presente proceso, a fin de preservar la debida administración de justicia y neutralizar cualquier temor de parcialidad que tal circunstancia pudiera albergar en los sometidos a juzgamiento".

Romero había quedado a cargo del expediente mientras la Cámara Civil resuelve la recusación de la jueza Alejandra Abrevaya, quien suspendió el proceso eleccionario, y la apelación a esa medida judicial, ambas planteadas por el oficialismo encabezado por los candidatos a presidente y vice, Juan Román Riquelme y Jorge Amor Ameal.

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Ahora, el tribunal de segunda instancia también deberá tomar una decisión sobre la excusación de Romero.

Hace una semana, Abrevaya suspendió los comicios en Boca, previstos para el domingo último, al considerar “prima facie” que existían irregularidades en el padrón electoral, después de una denuncia presentada por Andrés Ibarra, candidato a presidente por la oposición, que completa la fórmula con Mauricio Macri.

Este sector político cuestiona la legitimidad para emitir sufragio de más de 13.000 socios incluidos en el padrón, mientras que el oficialismo sostiene que esas personas están perfectamente habilitadas para votar.

Tras una audiencia de conciliación convocada el último jueves por Abrevaya que no llegó a bueno puerto, el oficialismo recusó a la magistrada y apeló su decisión de suspender los comicios.

Ante este panorama, crece la incertidumbre acerca de cuándo irán finalmente los socios a las urnas a elegir a sus dirigentes.

Ibarra y Riquelme han acusado a Ibarra y Macri de perseguir el objetivo de “frenar las elecciones”, e incluso de pretender privatizar el club, mientras que la oposición ha considerado que la actual dirigencia de Boca quiere “truchar” la votación.