Fútbol en estado puro. En uno de los desenlaces más épicos que recuerde la competencia de clubes más importante de Sudamérica, Flamengo venció 2-1 a River Plate y se coronó en la inédita final de la Copa Libertadores, a partido único y en cancha neutral.

La historia del equipo más popular de Brasil, que regresaba a la definición continental tras 38 años de ausencia, es particular. La de este sábado fue apenas su segunda final, y tuvo muchas similitudes con lo ocurrido en 1981, cuando también se alzó con el trofeo un 23 de noviembre, con dos goles de Zico, su máximo ídolo.

Decidido a romper con la sequía, conformó un plantel estelar, con un técnico europeo multicampeón y cuatro refuerzos provenientes del Viejo Continente. “Es el mejor equipo de Brasil en los últimos 10 años”, resume un periodista de O Globo ante El Canciller.

El Mengao invirtió 100 millones de reales (U$S 25 millones) en incorporaciones a lo largo del 2019. No es casualidad: el expresidente Eduardo Bandeira de Mello encaró una reestructuración financiera en los últimos seis años y, sumado a millonarias ventas de juveniles al exterior, le dejó a su sucesor, Rodolfo Landim, una fortuna para armar un equipo todopoderoso. Es el club que más cobra por derechos televisivos y el que más plata tiene en todo el país.

A principios de año, cuando despuntaba la competencia, ya se posicionaba como uno de los favoritos al título. Tenía nombres de primera línea en su plantel, pero no lograba plasmar la jerarquía en cancha. Sufrió hasta la última fecha para clasificar a los octavos de final y la irregularidad le costó el puesto a Abel Braga, un entrenador renombrado en Brasil que no pudo exprimir todo el potencial que tenía a su alrededor.

Después de la Copa América, consolidó su mote de principal candidato gracias a compras millonarias que sorprendieron a todo el continente. Su primera apuesta fue en la dirección técnica. La dirigencia contrató a Jorge Jesús, un portugués con amplia trayectoria en el fútbol de su país.

Condujo al Benfica durante seis años, entre 2009 y 2015, período en el que conquistó tres ligas portuguesas y otros títulos locales. Además, perdió dos finales de la Europa League. En 2013, ante el Chelsea, y en 2014, a manos del Sevilla. Fue él quien bautizó a Enzo Pérez como volante central, y el abrazo que se dieron en el Monumental de Lima graficó el afecto que ambos se guardaban. Luego, permaneció tres años en el Sporting de Lisboa, con el que alcanzó dos campeonatos domésticos. Antes de arribar al equipo carioca, dirigió unos meses en Arabia Saudita.

Medicina deportiva y una dupla con más goles que Messi y Suárez: Flamengo, el gran campeón

“Cambió todo con él. Antes, Flamengo era una Ferrari manejada por una persona normal, ahora tiene al piloto perfecto. Le impregnó otro nivel, otro tipo de experiencia y otra visión de juego al equipo. Lo hizo muy ofensivo, muy vertical, hace dos goles y va a buscar el tercero. La propuesta es muy parecida a la de River, subyuga al rival”, explica Leo Lepri, un cronista de O Globo, ante la consulta de este medio.

Al escoger un técnico europeo, también llegaron los fichajes del extranjero. Para los octavos de final, el Mengao puso toda la artillería e incorporó al lateral izquierdo Filipe Luis, que arribó desde el Atlético de Madrid de Simeone. También adquirió al lateral derecho Rafinha (Bayern Múnich), al español Pablo Marí (Manchester City) y a Gerson (Fiorentina).

En enero ya había incorporado a Gabriel Barbosa (Inter de Milán), al uruguayo Giorgian De Arrascaeta, al velocista Bruno Henrique y al defensor Rodrigo Caio (quien, según Lepri, en San Pablo era catalogado como “un jugador de intercountry” y por su actualidad fue convocado a la Selección brasileña por Tité).

Los resultados son consecuentes con los exorbitantes montos erogados. Además de la histórica consagración de esta tarde, Flamengo es líder del torneo local, con 13 puntos de diferencia sobre el Palmeiras. Puede ser campeón hoy mismo, si el equipo de Luiz Felipe Scolari no vence al Gremio. Lleva 26 partidos sin perder entre todas las competencias.

“Será el mejor campeón brasileño en décadas. Gana con mucha facilidad en el Brasileirao, no tiene rivales. Las autoridades tienen miedo de que esto se torne un campeonato español, con dos equipos (NdR: Flamengo y Palmeiras) con mucha inversión y el resto muy atrasados. Los demás tienen muchas deudas”, subraya el cronista.

El rendimiento del equipo se explica, en gran medida, por su poderío ofensivo. Gabigol y Bruno Henrique conforman la dupla de goleadores más letal del planeta fútbol en la actualidad. Entre los dos, acumulan 71 gritos en lo que va de 2019, por encima de los 62 que suman, juntos, Lionel Messi y Luis Suárez en el Barcelona y Sergio Aguero con Raheem Sterling en el Manchester City.

La buena sociedad entre ellos no es una novedad, ya que crecieron juntos en el Santos y se conocen de memoria. Bruno Henrique fue el máximo asistidor del torneo. Gabigol, con nueve tantos, no sólo fue el artillero de la Copa, sino que en el campeonato brasilero acaba de pulverizar el récord de Zico, que en 1980 había finalizado el certamen con 21 goles. El domingo pasado, el héroe del conjunto carioca alcanzó los 22 y se transformó en el hombre con más goles en una temporada doméstica.

El club, además, decidió estar en otros detalles, por fuera de los que competen al desarrollo del juego. Días atrás, el cuerpo médico dio a conocer un novedoso método para prevenir lesiones y recuperar a los jugadores, al que denominaron Point of Care

En línea con los avances de la medicina deportiva, obtienen muestras de sangre de todos los futbolistas cuando finalizan los partidos o los entrenamientos. A partir de estas, miden los índices biométricos, de estrés, metabólicos y niveles hormonales, así como el desgaste físico que llevan los jugadores. Con los resultados, tienen mayor eficiencia en la prevención o el tratamiento de dolencias.

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Con esta metodología, De Arrascaeta, Filipe Luis, Rafinha y Diego lograron volver en tiempo récord de sus lesiones. El médico del plantel explicó ante medios brasileros la dinámica. “A través de la evaluación biomecánica y los marcadores bioquímicos, realizamos un seguimiento sobre la lesión, que nos permite saber si está regenerándose de manera adecuada o si existe inflamación en la región afectada”, indicó.

El caso más emblemático fue el de Diego, que en el partido de octavos de final ante Emelec sufrió una fractura con afectación en los ligamentos de su tobillo izquierdo. Una lesión que todos los profesionales consultados diagnosticaron para cinco o seis meses de recuperación, y de la que el ex volante de la selección brasileña logró reponerse en sólo tres meses. Con De Arrascaeta y Filipe Luis ocurrió algo similar. Las seis semanas previstas se redujeron a 18 días en ambos casos.

No mereció ganar ayer. Gallardo se quedó con el partido táctico, neutralizó el circuito de juego rival y si no volvió a escribir historia grande, se debió únicamente a los avatares que el fútbol siempre deja librados al azar y no comprenden de lógica. Pero Flamengo ya había hecho el resto para que el final fuera el indicado.