Juan Román Riquelme quiere volver al club de sus amores. Finalmente, no lo hará en el patio de su casa, como él mismo denomina a La Bombonera. Es que ayer por la tarde, el máximo ídolo de la historia de Boca pospuso por seis meses su partido despedida, pautado para el 12 de diciembre. ¿La causa de ello? Su decisión de participar como candidato a Vicepresidente 2° en las elecciones presidenciales, que se realizarán el domingo 8 de diciembre.

El anuncio cayó como una bomba y causó conmoción en el club de la Ribera: dos semanas atrás, Román les había pedido a todos los candidatos que limaran asperezas y sellaran una lista única. Como eso no fue posible, se reunió con el oficialismo de Daniel Angelici (que postula a Christian Gribaudo como su sucesor), y con el equipo de la coalición opositora que encarnan el expresidente Jorge Amor Ameal y el conductor Mario Pergolini. Tras meditarlo, se inclinó por enfrentar al macrismo.

En los hechos, el vicepresidente segundo representa una figura testimonial. Pero Riquelme tendrá a su cargo el manejo integral del fútbol del club, en caso de que Ameal vuelva a conducirlo. Además del fútbol profesional, bajo su órbita estarán las categorías infantiles, el fútbol amateur y el fútbol femenino.

El histórico enganche del Xeneize aseguró que luego de su pedido de unidad, el oficialismo y Ameal fueron los únicos que lo buscaron para sumarlo a sus tropas. José Beraldi, tercero en la contienda, salió al cruce y afirmó que mantuvo tres reuniones con el ídolo, pero que sus solicitudes fueron “inaceptables”.

Ante este medio, el exvicepresidente confió que le ofreció ser la cabeza de un Consejo de Fútbol en el que está trabajando, según dijo, con exjugadores como Blas Giunta, Beto Márcico, Patrón Bermúdez y Raúl Cascini.

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Antes del impacto que provocó Riquelme ayer por la tarde, desde el oficialismo habían asegurado que en los encuentros previos, la propuesta fue integrarlo tanto en lo dirigencial como en lo deportivo. Incluso, mencionaron que existe una fuerte conexión entre la productora que maneja el Diez y el equipo de Angelici y Gribaudo. Y el partido despedida, ahora suspendido, estaba siendo organizado con la gestión actual.

“Estamos convencidos de que vamos camino a Brandsen 805 para poder transformar la realidad que tiene el club. Perdimos la identidad por ocho años, con un club cerrado al barrio, que no tiene actividades sociales y culturales. Se le ha perdido el respeto a los ídolos y han querido transformar a La Bombonera en una cancha de tenis”, deslizaron desde el equipo de Ameal ante El Canciller.

La remodelación del estadio fue una de las principales diferencias entre Angelici y Ameal. El proyecto opositor pretende ampliar la cancha a 78.000 lugares, replicando las tres bandejas en el sector donde están ubicados los palcos.

El objetivo es que el 70% de La Bombonera quede conformada por populares y sólo el 30% sean plateas. Para ello, el club debe comprar 48 terrenos que, según afirman, los vecinos aceptan venderle a la institución. Una vez realizado ese proceso, estiman 30 meses de obra y una erogación de U$S 50 millones.