Los tres años de Benedetto en Boca: de goleador histórico al adiós en silencio de ¿un ídolo?
Todo se resolvió en cuestión de días. La noticia cayó como una bomba en el mundo Boca, cuando despuntaba la pretemporada en los Estados Unidos: Darío Benedetto y Nahitan Nández tenían intenciones de emigrar al exterior. No hubo muchas trabas en las negociaciones y las salidas de ambos al Olympique de Marsella y el Cagliari, respectivamente, fueron selladas con celeridad.
Sin embargo, mientras el uruguayo disfruta de sus últimos minutos con la camiseta azul y oro y aguarda la revancha de los octavos de final contra Athlético Paranaense, en la Bombonera, para despedirse de la gente que lo acobijó durante dos años, el delantero le dice adiós en silencio al club de sus amores.
El Canciller dialogó con Mauricio Chicho Serna y Alberto Beto Márcico, dos glorias del Xeneize, quienes analizaron la salida del artillero.
Márcico la consideró extraña. "Es rara. Tenía un contrato muy importante, se lo habían mejorado. Me llama la atención que se haya ido tan rápido", sostuvo.
El colombiano, por su parte, aseguró que el Pipa tendrá revancha: "Lo ideal para un jugador de esta clase, un goleador como Darío, es despedirse en un partido oficial, que la gente le regale todo el cariño y los aplausos. No se va a poder dar. Ha marcado una época, un tiempo importante para los que queremos a Boca, y seguramente tendrá espacio dentro de unos pocos años y volverá a ponerse la camiseta y se retirará con todos los honores, como se lo merece".
Benedetto arribó a Casa Amarilla en junio de 2016. Traía consigo un gran paso por tierras mexicanas, donde marcó 23 goles en 50 partidos con el Tijuana y fue una pieza esencial del América que se consagró en la Concachampions del 2015 -anotó cuatro goles en la semifinal y un hattrick en la definición-.
Su debut con el Xeneize fue en la semifinal de la Copa Libertadores ante Independiente del Valle, donde Boca quedó eliminado sin objeciones, tras perder en Ecuador y en la Bombonera. Sin incidencia en ambos encuentros, la primera muestra de jerarquía la exhibió dos meses más tarde, en una goleada por 4-1 sobre Quilmes, de local, en la que convirtió tres goles y entregó pinceladas para el deleite del público.
No tardó mucho en meterse al hincha en el bolsillo. Confeso fanático -tatuaje en la zona abdominal incluído-, hizo 21 goles en 25 partidos del Torneo de Primera División 2016/2017, en el que Boca plasmó una notable diferencia con el resto de los equipos, jugando un fútbol dinámico y vertical, que ahogaba al rival de turno.
Fue tan buena su producción en 2017 que, a mediados de septiembre, era el cuarto delantero con mejor promedio goleador a nivel mundial, solo por detrás de Harry Kane, Lionel Messi y Edinson Cavani. Jorge Sampaoli lo convocó para la recta final de las Eliminatorias para el Mundial de Rusia y fue partícipe del sufrido triunfo, ante Ecuador, en la noche en que Messi marcó tres goles extraordinarios y guió la clasificación del seleccionado nacional.
En noviembre de aquel año sufrió la rotura de los ligamentos cruzados de la rodilla derecha en un encuentro ante Racing y la ilusión de jugar el Mundial se esfumó. Su retorno oficial fue recién a fines de agosto de 2018, por los octavos de la Copa, ante Libertad.
Sin embargo, volvió a la primera plana en las semifinales, contra Palmeiras, en las que ingresó desde el banco -en ambos partidos- y anotó tres de los cuatro tantos que hizo Boca en la serie -ganó 2-0 e igualó 2-2-. En la final con River, sus goles en la Bombonera y en Madrid no alcanzaron para vencer al Millonario.
En 2019, arrastró una sequía inusual: su último gol oficial fue el 24 de abril, ante Deportes Tolima por la Copa, y su despedida fue la final de la Copa Superliga ante Tigre, en la que el Xeneize cayó por 2-0 y el Pipa erró múltiples chances de gol.
A lo largo de sus tres años en la institución, se alzó con dos Superliga y una Supercopa Argentina y alcanzó el cuarto mejor promedio goleador histórico en Boca, con 45 tantos en 70 partidos (0,60). Pero su partida será, cuanto menos, opaca.
Desde el club francés no quieren saber nada con que Gustavo Alfaro lo arriesgue, por lo que no podrá saludarse en cancha con los hinchas. Ni siquiera viajó a Curitiba a acompañar al plantel en el partido de ida.
Al ser consultado sobre si Benedetto se irá del club con el mote de ídolo, Márcico duda. "Creo que es de los jugadores más queridos de los últimos tiempos, sin ninguna duda. Pero no sé si podría confirmarlo como ídolo de Boca", concluyó.
Serna coincide: "Después de lo que fue la era de (Martín) Palermo, un jugador que llega y marca tantos goles en tantos partidos, goles importantes, tiene un reconocimiento significativo. Yo no sé si al final queda como un ídolo. Creo que para ser un ídolo hay que remarcarlo con muchos títulos, con trofeos internacionales, pero su paso ha marcado una pauta muy importante".