La cónsul argentina en Río de Janeiro, Ana Sarrabayrouse, se mostró preocupada por la situación que se vive en la ciudad carioca ante la llegada de miles de hinchas de Boca, con vistas a la final de la Copa Libertadores que disputará este sábado frente a Fluminense. “Hace dos semanas venimos hablando con la policía militar y la policía civil para contener a la masa de hinchas que no pueden entrar al partido, pero no tuvimos una buena recepción por parte de las autoridades de Río de Janeiro ni de Conmebol. No sabemos qué va a pasar”, afirmó en declaraciones a la radio Urbana Play.

“Esta situación vivida ayer fue horrible, porque los emboscaron y les tiraron gases lacrimógenos”, consideró la cónsul, con respecto a los incidentes que se registraron en Copacabana. Además, resaltó un video en el que se ve cómo entre 6 u 8 personas le pegaron a un simpatizante xeneize en una esquina y anticipó: “En la medida en la que no haya una contención para el resto de la gente, esto se va a reproducir”.

Con respecto a cómo manejarán la situación de los miles de fanáticos que no podrán ingresar al estadio, Sarrabayrouse aseguró que “se habilitó un espacio cerca del Sambódromo" para que puedan ver el partido. 

Asimismo, Sarrabayrouse había advertido en declaraciones radiales que en Brasil "la Policía es más dura” y no van a tener “empatía con Boca". “Toda la gente que no es de Fluminense acá, por lo menos es carioca. La policía es parcial, es carioca, brasilera y un tercio es de Fluminense", develó.

Por otra parte, dirigentes de la Conmebol se reúnen este viernes con los máximos organismos de seguridad de la ciudad brasileña para reforzar el operativo.

En ese sentido, una fuente de la comisión directiva de Boca le adelantó a Télam que están "muy preocupados" por los hechos de violencia registrados en la previa del partido y que esperan que la situación se calme luego de ese cónclave.

La tensión escaló cuando este jueves los barras del Fluminense emboscaron a hinchas xeneizes en las playas de Copacabana, en unos incidentes que concluyeron con una violenta represión policial. La misma dejó varios heridos y cuatro detenidos, todos argentinos, quienes horas más tarde recuperaron su libertad.

Se cree que este contexto de violencia podría agravarse con la llegada de la barra de Boca, con su líder Rafael Di Zeo a la cabeza. Por esa razón, se piensa reforzar el operativo de seguridad en toda la ciudad.