España se consagró por cuarta vez en su historia campeón de la Eurocopa, después de vencer a Inglaterra por 2 a 1 en una final vibrante. En el inicio del segundo tiempo, la "Roja" anotó el primer tanto que desequilibró el marcador, después de un primer tiempo en el que no hubo ventajas. Los ingleses habían recuperado momentáneamente la respiración 25 minutos después, pero los españoles sellaron su triunfo a los 86 minutos y el año próximo jugarán la Finalissima con la mejor selección de América. 

A los dos minutos del arranque del complemento, y tras una gran asistencia de Lamine Yamal -quien luego fue coronado estrella del torneo-, Nico Williams cruzó el remate y convirtió el primer tanto en la noche europea; mientras que a los 27 del segundo, Cole Palmer anotó la igualdad parcial. 

En el estadio Olímpico de Berlín, los dirigidos por Gareth Southgate mantenían así el anhelo de ganar por primera vez este torneo. Sin embargo, Mikel Oyarzabal puso otra vez a España al frente faltando 4 para los 90 minutos y el final del encuentro. 

"El mundo está a sus pies", señaló la organización de la Eurocopa en sus redes junto a la foto de Lamine Yamal con su premio personal (Foto: @EURO2024).

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Durante los primeros 45, España dominó más la pelota ante una Inglaterra replegada que buscaba salir a la contra. Pero, pasados los primeros 15, los británicos empezaron a atacar por la banda de Bukayo Saka, quien estuvo intenso por la derecha y tuvo la compañía de Kyle Walker. Si bien los ingleses se acercaban un poco más, no hubo goles en el primer tiempo.

A minutos del final de ese tramo inicial, Phill Foden había tenido la más clara para Inglaterra, pero el arquero Unai Simón se quedó con el remate del jugador del Manchester City. Hasta ese momento, la joven promesa española que se llevó el premio al mejor jugador del certamen no había logrado desequilibrar, ya que el carrilero izquierdo, Luke Shaw, lo neutralizaba a la perfección. 

El partido contó con el arbitraje del francés François Letexier, quien estuvo escoltado en el VAR por su compatriota Jérome Brisard. 

Los ingleses llegaron a la final continental yendo de menor a mayor. En la primera fase avanzaron como punteros en el Grupo C, pero solo sumaron cinco puntos, ya que le ganaron por la mínima a Serbia y después empataron con Dinamarca y Eslovenia, en lo que ponía en duda su futuro en el certamen. 

En los octavos y cuartos de final estuvieron contra las cuerdas y a minutos de ser eliminados ante Eslovaquia y Suiza, respectivamente, lograron conseguir triunfos agónicos para seguir con vida. 

Los eslovacos estuvieron a segundos de ganar, pero a los 49 minutos del segundo tiempo, Jude Bellingham forzó el alargue, y tiempo después, Harry Kane convirtió el tanto del triunfo. Contra los suizos ocurrió algo similar, ya que los ingleses caían hasta los 40 del complemento, pero igualaron el cotejo y, a través de los penales, lograron ganar. 

Recién en la semifinal frente a Países Bajos se vio una mejor versión de los ingleses, que se repusieron tras comenzar perdiendo 1-0 y obtuvieron el boleto a la final gracias al gol de Ollie Watkins en tiempo cumplido.

Del otro lado, los españoles venían demostrando un altísimo nivel: en la fase de grupos fueron los únicos que avanzaron con puntaje ideal gracias a los triunfos frente a Croacia, Italia y Albania.

Luego, en la fase eliminatoria, golearon 4-1 a Georgia en octavos de final; en cuartos dieron el golpe ante la candidata y organizadora, Alemania; y en semis le dieron vuelta el partido a la Francia de Kylian Mbappé para imponerse 2-1.

Esta fue la decimotercera vez que ambas selecciones se enfrentaron en un torneo oficial. Inglaterra dominaba el historial, que ahora quedó igualado con cinco victorias para cada uno y tres empates. 

Formaciones

Inglaterra: Pickford; Walker, Stones, Guéhi, Shaw; Rice, Maindo; Belingham; Foden, Kane, Saka. DT: Gareth Southagate 

España: Simón; Carvajal, Le Normand, Laporte, Cuccurella; Fabián, Rodri, Olmo; Yamal, Morata, Williams. DT: Luis de la Fuente