Está más que claro que el gran objetivo de Boca en esta temporada es la Copa Libertadores. Lo dejó bien en claro Carlos Tevez hace algunos días, cuando dijo que “si gano Libertadores, me retiro”.

La victoria del miércoles pasado, ante Junior en La Bombonera, dejó al Xeneize bien ubicado, en el segundo lugar con 4 puntos, detrás de Palmeiras (con puntaje ideal en dos presentaciones), con quien se verá las caras el miércoles en Sao Paulo. El cuadro brasileño llegará golpeado tras la derrota por penales en la definición del campeonato paulista contra Corinthians (como local, en los 90 minutos perdió 1-0) y, de ganar, Boca se elevará a lo más alto de la tabla del grupo H.

Pero… ¿y por casa cómo andamos? Pensando en el duelo ante el Verdão, Guillermo Barros Schelotto guardó a algunos titulares el sábado ante Defensa y Justicia. Pero, en una linda chance para empezar a liquidar la Superliga, Boca volvió a dejar una mala imagen en la caída por 2 a 1.

El equipo salió impreciso y, como de costumbre, pagó caro sus propios errores. El que supo aprovecharlo fue el Cuqui Fernando Márquez, una verdadera pesadilla para el fondo Xeneize, especialmente para Lisandro Magallán, que regaló el segundo con un error calcado a aquel del uruguayo Rodrigo Bentancur contra San Lorenzo en 2015. Fueron justamente los centrales, Goltz y Magallán, los puntos más bajos de Boca. Buffarini y Fabra, por los costados, estuvieron a tono. Los del medio (Reynoso-Barrios- Nandez) sintieron el cansancio y nunca pudieron plasmar su juego. Quizás lo único positivo haya sido el tercer gol consecutivo de Walter Bou, que parece agarrar confianza.

La derrota solamente fue más leve por las caídas de San Lorenzo ante Godoy Cruz, el nuevo escolta, por 5 a 0 en el Nuevo Gasómetro, y de Talleres, en Córdoba, ante Independiente por 2 a 0 (¡Gracias, Gigliotti!). De esta manera, Boca quedó 7 puntos por encima del Tomba, 8 del Ciclón y 9 del Matador, cuando aún hay 15 unidades en juego.

En el horizonte cercano, además del duelo copero ante Palmeiras, Boca deberá verse las caras con Independiente, Newell’s, Gimnasia LP, Unión de Santa Fe y Huracán.

El bicampeonato está ahí, a pedir de Boca. Incluso si el Xeneize no gana, sus perseguidores se encargan de no hacerle sombra. Es el momento de que Boca haga su parte.