En una conferencia de prensa que se anticipaba como renuncia, Marcelo Bielsa sacó pecho por el trabajo de espionaje sobre sus rivales y, ante la incredulidad de sus interlocutores, desafió a la moral y la cultura del fútbol inglés.

"Mucha gente condenó mi comportamiento, diciendo que no fue ético, que no fue moral", comenzó su discurso, en español como siempre, antes de revelar que el Derby County no había sido el único club espiado, sino también todos los otros que enfrentaron al Leeds.

"Lo que hice no es ilegal. Podemos discutirlo, no se ve como algo bueno, pero no es una violación de la ley. Pero no todo lo que no es legal, está bien", justificó.

Incluso, comenzó su explicación demostrando cómo es el trabajo de su equipo de investigación y análisis. 300 horas de trabajo, 20 empleados y un solo objetivo: la perfección. "¿Por qué lo hacemos? Porque nos sentimos culpables si no trabajamos lo suficiente y creemos que así estamos más cerca de la victoria, aún aunque no fuera cierto", se defendió.

Luego, en lo que muchos consideraron una demostración de su sabiduría, su honestidad y sus valores, mientras otros lo sentían como una provocación, Bielsa redobló la apuesta y mostró cada aspecto del juego de sus rivales que analizó en detalle para encontrarse como líder de la English Football League Championship, la segunda división inglesa.

"No puedo hablar en inglés, pero puedo hablar sobre los 24 equipos de la competición", desafió. Y agregó: "Analicé a cada jugador y se cuántos minutos jugó cada uno de ellos en cada partido".

Y aunque la mayoría creería que esta investigación y analisis obsesivo lo llevo a obtener ventaja sobre sus rivales, Bielsa está convencido de que no es así. Incluso, para disgusto de muchos rivales, ni siquiera es ilegal.