Bastones, micrófonos y veneno: alimenta CFK la teoría del circo judicial para apartar a Bonadio
La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner volvió a arremeter contra el juez federal Claudio Bonadio luego de que culminaran los largos allanamientos dispuestos en sus propiedades de El Calafate, Recoleta y Río Gallegos, en el marco de la causa de los cuadernos de las coimas que la postula como supuesta jefa de una asociación ilícita.
Tras el comunicado difundido ayer, en el que su abogado Carlos Beraldi denunció la existencia de un tóxico de contacto en el departamento de la calle Uruguay que afectó la salud de su empleada doméstica, la senadora reveló esta tarde que el magistrado ordenó secuestrar las bandas y los bastones presidenciales que permanecían resguardados en su inmueble de El Calafate.
El episodio de los allanamientos había sumado un confuso capítulo tras el furcio del jefe de la Policía Federal, Néstor Roncaglia, quien indicó que "nadie nos pidió que coloquemos micrófonos", en un intento por desmentir la acusación de Cristina en la que no se mencionaba nada referido a ese tipo de dispositivos.
Luego de la nueva queja de la líder de Unidad Ciudadana, Bonadio decidió devolver los bienes confiscados pese a que mantiene en reserva 94 cajas con objetos de valor y documentación retenidas por la Policía Federal en la residencia ubicada en calle Padre de Agostini y calle Los Tehuelches.
Beraldi ya había esgrimido su preocupación debido a que la causa sería "la cuarta asociación ilícita de la cual mi representada resultaría ser siempre la jefa", en lo que, según él, configura una "saga de dos años y medio de hostigamientos y persecuciones".
De esta manera, Cristina reforzó el pedido de apartamiento del juez a cargo del expediente, el cual ha experimentado un estancamiento en los últimos días y derivó en efectos colaterales como el incremento del riesgo país y la desconfianza en los mercados.