El domingo pasado, el presidente Mauricio Macri se hizo presente en Salta para participar de la Fiesta del Señor y la Virgen del Milagro. En plena misa el arzobispo de Salta, Mario Antonio Cargnello, lo criticó con dureza: "Mauricio has hablado de la pobreza, llevate el rostro de los pobres", expresó en la ceremonia. Pero el papel de la Iglesia en las elecciones va más allá de ese altercado, al reunirse con los principales partidos políticos para dar su visión sobre la actualidad.

Luego de las PASO, la relación de la Iglesia Católica con Macri tuvo altos y bajos. Días después de la derrota electoral, el presidente pidió reunirse con la cúpula de la Conferencia Episcopal, en la que varios analistas políticos lo tomaron como "una muestra de apoyo".

La Iglesia valoró la iniciativa, al destacar el "intercambio de reflexiones sobre la delicada situación social y económica que vive nuestro país". De la reunión habían participado el cardenal Mario Poli -Macri tuvo asistencia casi perfecta en los Tedeum de los últimos años- y el obispo de Chascomús, Carlos Malfa. Del lado del gobierno, además del Presidente, fueron de la partida Marcos Peña y y el secretario de Culto, Alfredo Abriani.

El cambio de tenor no tardó en llegar. A sólo tres días de ese encuentro, la propia Iglesia le pidió al Gobierno que declare al país en estado de "emergencia alimentaria y nutricional", en sintonía con el reclamo de los opositores. A través de un documento de la Comisión Episcopal de Pastoral Social (Cepas) los obispos consideraron que la ayuda del Gobierno a los sectores más vulnerables “no sería suficiente para paliar” la crisis socioeconómica.

Macri, la "Fiesta del Milagro" y el duro mensaje del arzobispo de Salta 

Además de los dichos de Cargnello, otro referente religioso de Salta criticó el viaje de Macri a la provincia norteña: el presbítero Raúl Méndez consideró la visita como "inoportuna" y "una provocación" por las "circunstancias" en las que está la Argentina. El gobierno no se quiso quedar de brazos cruzados. Este lunes, el candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio, Miguel Angel Pichetto, dijo en San Luis que el mensaje de la Iglesia dado el domingo en Salta al presidente Mauricio Macri fue "muy pobre". 

Pichetto agregó que la Iglesia "tiene una visión equivocada" al señalar que la Argentina tiene una emergencia alimentaria. "Creo que hay una emergencia social", aclaró.

Por fuera de la Iglesia Católica, el gobierno también afianzó vínculos con los sectores evangelistas: Macri recibió, la semana pasada, a los principales referentes de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA). En esa reunión se confirmó un nuevo esquema de refuerzos alimentarios para los meses de octubre, noviembre y diciembre, antes del fin de mandato. Se habló de 90.000 toneladas de alimentos. Cabe destacar que la ACEIRA es Federación más grande de iglesias del credo que hay en Argentina.

Alberto y la Iglesia

El bloque del Frente de Todos también tejió lazos con la Iglesia en vísperas de las elecciones. Días atrás, Alberto Fernández se juntó con los obispos de la Conferencia Episcopal Argentina. Quienes conocen la agenda del candidato a presidente, esa reunión fue apenas una foto de la relación fluída que venía tejiendo con el sacerdocio. 

"Desde su mirada de pastores compartieron con el candidato la idea de que es necesario que en este tiempo se trate especialmente de cuidar el bien común privilegiando a los pobres, que son los que más sufren", describió el breve comunicado de la Conferencia Episcopal. Para seguir el vínculo, el sitio Infobae informó que Fernández piensa en un "armado de un equipo de asesores en temas eclesiásticos" que eventualmente lo acompañará a la Casa Rosada si repite un triunfo similar al de las PASO.

Fernández también puso en marcha un diálogo con sacerdotes jesuitas y curas villeros con el fin de reforzar la ayuda social. "Francisco me reconcilió con la Iglesia", pronunció, hace pocos días, Alberto. Un detalle: el lunes el Papa pidió, en la misa de Santa Marta,  que no se insulte a los políticos. "Aunque alguno se lo merece", completó.