La venganza de Bonadio: dos años de espera antes del Cárcel para Todos
Claudio Bonadio se convirtió hoy en el primer juez en ordenar la detención de Cristina Fernández de Kirchner. En el mismo fallo, la procesó por los delitos de "traición a la patria, encubrimiento agravado por el hecho precedente y por su condición de funcionaria pública y estorbo de un acto funcional”. "De usted no espero justicia”, le había escrito Cristina cuando la indagó.
Sabe el juez que su decisión agita tanto Comodoro Py como el Senado y la Casa Rosada. No es la primera vez que pica en punta con una resolución contra Cristina: él fue el primero en mandarla a juicio con la causa por el dólar futuro.
No es la primera vez que está en un expediente relacionado con el atentando a la AMIA. Tuvo la causa por encubrimiento donde se investigaba al (ahora ex) juez Juan José Galeano por las presuntas irregularidades en la investigación. En 2005, lo apartaron por falta de imparcialidad y por haber mantenido un doble rol de magistrado y sospechoso
Bonadio es juez desde 1994. Antes, fue subsecretario legal y técnica de la Nación. Llegó a los tribunales de Retiro de la mano de su amigo Carlos Corach, en aquel momento ministro del Interior de Carlos Menem. Peronista de Guardia de Hierro, hincha de Boca, nacido y criado en San Martín, protagonizó varias de las causas que agitaron la política de los últimos 20 años.
En Comodoro Py ya es un clásico: al juzgado de Bonadio le dicen la embajada. ¿Por qué? Porque ahí no rige la ley argentina, se ríen. El juez que ahora goza de cierto blindaje tuvo muchas causas abiertas en el Consejo de la Magistratura. A lo largo de los 23 años que lleva adelante del Juzgado Federal Nº11 ha sido muy criticado por los miembros de la Cámara Federal, que le revocaban y cuestionaban sus fallos. Algunos, incluso, lo ponían tan solo un escalón más abajo de los cuestionamientos que recibía Norberto Oyarbide.
La servilleta, Cavallo y Maradona
Octubre de 1996. Domingo Cavallo había renunciado apenas dos meses antes al Ministerio de Economía. Enojado, denunció que Corach le había escrito en una servilleta los nombres de los jueces que respondían al Gobierno menemista. Entre ellos, estaba el de Bonadio, que investigaba en aquel momento al ex ministro de economía por enriquecimiento ilícito.
Por esa causa, en abril de 1998 el juez pidió el desafuero de Cavallo. El contraataque se dio años después: en 2002, el ex funcionario menemista lo denunció en el Consejo de la Magistratura. Quién hubiera imaginado que 13 años después se estrecharían la mano, con felicitación de Cavallo al juez incluida. "Como dijo Ghandi, el que pierde la paciencia pierde la batalla”, filosofó Bonadio al contar la anécdota en 2015.
Pero no todo en los 90 fueron denuncias de Cavallo e investigaciones que iban lento. En 1997, se convirtió en un personaje secundario de la novela que se armó por el doping y retiro de Diego Maradona. El 24 de agosto de 1997, Boca le ganó 4 a 2 a Argentinos Juniors. Cuando llegó el momento del control le dio positivo, lo que generó una suspensión por parte de la AFA.
En ese momento, tramitaba en el juzgado federal Nº11 una causa por amenazas contra Diego. Sus abogados, amparados en que todas las decisiones administrativas podían judicializarse, presentaron el 11 de septiembre una medida de no innovar para que el Diez pueda volver a las canchas. Cinco horas después, Bonadio aceptó el pedido y lo devolvió a las canchas hasta que se resolviera si esas amenazas estaban o no relacionadas con el resultado del doping. El último partido de Maradona fue el 25 de octubre de 1997.
Tiroteo, kirchnerismo y después
El episodio que terminó de hacerlo conocido fue el que protagonizó el 28 de septiembre de 2001 cuando mató a dos ladrones con su Glock calibre 40. Estaba camino a comer un asado con un amigo, en Florida. No le generó un problema judicial real la situación y siguió al frente de su juzgado. Cuatro días después, declaró inconstitucionales a las leyes de obediencia debida y punto final. Fue el segundo en hacerlo: el primero había sido Gabriel Cavallo.
En el 2013 el senador kirchnerista Marcelo Fuentes lo denunció por presunto enriquecimiento ilícito, lavado de activos, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público por su participación en la empresa Mansue S.A. Prácticamente al mismo tiempo. Bonadio ordenaba un allanamiento a la sede de la empresa Hotersur S.A, que administrala familia de la presidenta en El Calafate. Uno de los que apuntó contra el magistrado fue el secretario de Justicia de la Nación, Julián Álvarez, quien dijo que "es un juez que extorsiona con sus causas judiciales”.
Bonadio es el segundo juez más denunciado de la historia, detrás de Norberto Oyarbide con 51 causas hasta el 2015 (que fueron desestimadas por la Justicia). Luego del allanamiento de Hotesur, el kirchnerismo utilizó ocho de ellas para intentar enjuiciarlo en el Consejo de la Magistratura. No tuvo éxito.
Cristina lo tildó de "juez pistolero” en 2015. Él no se quedó callado: "Soy cazador, cazo chanchos o animales de pluma, soy instructor de tiro y practico un deporte, esa es mi vinculación con las armas”. Fue el primero en llamarla a indagatoria y también en mandarla a juicio pero dejó en claro que no siente nada por ella y que le da gracia cuando dicen que la detesta. "Sartre decía que el infierno son los ojos de los otros”, reflexionó, poético.