Sergio Massa parece haber decidido bajarse de las contiendas mediáticas, las chicanas por Twitter y las discusiones de café a cielo abierto durante este año electoral. El exintendente de Tigre, hoy presidente de la Cámara de Diputados, cultiva hace algún tiempo un perfil de gestión silenciosa y trabajada. Cuando asoma, se trae entre manos algún desembarco relevante. Hace rato que no se lo ve por algún estudio de televisión. Quizá su última aparición mediática haya sido cuando impulsó el proyecto para elevar el piso salarial a partir del cual se paga el Impuesto a las Ganancias.

En esa línea, la última foto viral de Massa coincidió con el día en que Marcelo Figueras, dueño de los laboratorios Richmond, anunció el comienzo de la fabricación de la vacuna Sputnik V en la Argentina. El tigrense había estado recorriendo los establecimientos de esa empresa en silencio, algunos días antes.

Esta vez, su carta guardada tiene que ver con otro funcionario al que también se lo ve menos que antes en la pantalla, el ministro de Economía, Martín Guzmán. De gira por los Estados Unidos, Massa desanda los pasillos de instituciones del gobierno de Joe Biden, en conversaciones con dirigentes de distinto rango. Este miércoles, el Tesoro norteamericano emitió un comunicado de prensa: Wally Adeyemo, subsecretario de ese organismo, conversó telefónicamente con Guzmán.

El ente que comanda Adeyemo emitió un comunicado para informar sobre la charla y explicitando que “un marco de política económica sólido que permita el crecimiento del empleo privado en la Argentina tendrá el apoyo de los Estados Unidos y de la comunidad internacional”.

El tigrense festeja en la intimidad. El visto bueno de Adeyemo constituye una herramienta fundamental para la cartera del platense, que lucha por llegar a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Puede que Guzmán, muy allegado al Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, haya perdido una pretendida batalla política interna en nuestro país contra el secretario de Energía de Cristina Fernández, pero el acuerdo con el FMI hace de este conflicto algo anecdótico.

Massa, durante su gira, cuenta con la compañía de Sergio Chodos. Su tocayo es el hombre de Guzmán dedicado a negociar con Christine Lagard y su gente. Por el perfil técnico del jefe del Palacio de Hacienda, no parece haber intenciones de alianzas políticas, aunque sí quedó claro que el ministro de Economía tiene mucho para agradecerle al presidente de la Cámara Baja.